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¡GRACIAS POR SU INTERÉS!

Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

martes, 7 de mayo de 2013

EL OBSERVATORIO QUE NUNCA EXISTIÓ (I)

Comienzo con este artículo una serie que antecederá a un libro cuya elaboración tengo todavía entre manos. No digo el título, para dejar abierta la expectativa, pero sí el subtítulo: “El observatorio que nunca existió”, parafraseando al libro y la película “El hombre que nunca existió”, con hechos tan ligados a la provincia de Huelva. Un pescador vecino de Punta Umbría, en la primavera de 1943 encontró flotando en el mar, mientras pescaba en El Portil, un cuerpo sin vida y un maletín, que parecían ser de un oficial del ejército británico. No podía ni imaginar la influencia que este hallazgo tendría en el rumbo de la II Guerra Mundial: ese maletín contenía una información falsa que engañó al enemigo y ese supuesto oficial, al que dieron el nombre de William Martin, nunca existió.
Buscando un cierto paralelismo, diríamos que hay rasgos y perfiles del turismo en esta provincia que no se conocen, que no se han estudiado como debiera porque, sencillamente, no se ha articulado ningún mecanismo para estimularlo y hacerlo, capaz de suministrar información contrastada y alimentar con propuestas a los tomadores de decisiones, públicos y privados. Hemos, sistemáticamente, renunciado a ello. En los últimos años, en los años de crisis, cuando más complejas son las situaciones y más luz, nunca mejor dicho, se necesita para diseñar estrategias y políticas, no se ha manifestado interés alguno ni de unos (los responsables de las administraciones públicas) ni de otros (los representantes de los empresarios), en buena armonía.
Y esto ante un panorama en el que nuestro “modelo” nos ha llevado a una situación caracterizada por un turismo:
-Con un nivel de gasto y estancia media sensiblemente inferiores a la media andaluza. Esta brecha ha aumentado durante la crisis.
-Con la mayor índice de estacionalidad a nivel de las provincias andaluzas, y con tendencia a aumentar.
-En cómputo anual, cada vez más concentrado en la costa.
-Con, en general, menores tasas de ocupación que la media regional.
-En el que puede decirse que la única motivación es la vacacional. Otros motivos para viajar a un destino, como los negocios y la asistencia a ferias, congresos y convenciones, están prácticamente ausentes en el caso de Huelva, aun siendo bastante remuneradores.
-Con una percepción de calidad/satisfacción, medida a  través del índice sintético que ofrece la Encuesta de Coyuntura Turística de Andalucía, sistemáticamente por debajo de la media andaluza; brecha que tiende a aumentar.
-Marcado por su carácter doméstico, siendo que este mercado está cada vez más deprimido. Durante la crisis, la afluencia desde los dos principales mercados emisores, Alemania y Reino Unido, ha caído muy considerablemente.
Todo esto quizás desmonte algunos mitos creados por un mensaje oficialista autocomplaciente y cargado de voluntarismo, pero la realidad de los datos, cuando se analiza, es tozuda, y por desgracia, aunque no todo sea negativo, no muy alentadora. Y no se trata sólo de la crisis, sino de tendencias más profundas fruto de un determinado modelo, o quizás de su inexistencia.
Ante esta realidad, mi pregunta es: además de promocionar el destino más (con más presupuesto) y mejor (buscando la máxima eficacia), y de reivindicar mejoras en la accesibilidad vía infraestructura de transporte y comunicaciones, ¿no habría que hacer algo más? Es algo más complejo, sin menoscabo de la trascendencia de la promoción y de contar con mejores carreteras, conexiones ferroviarias y aeroportuarias. Es una cuestión de modelo de desarrollo turístico y de capacidad para organizar/coordinar a todos los agentes involucrados. Son muchas las piezas del rompecabezas que hemos de armar: la cooperación institucional y empresarial, la gestión de la marca, de la calidad y del medio ambiente, del patrimonio, de la movilidad interna, el apoyo a los emprendedores, la formación profesional, la implicación de las comunidades locales, etc.
¿Existe alguna instancia capaz de liderar la compleja tarea de armar todas esas piezas? Evidentemente es una pregunta retórica, pues la respuesta es obvia. Necesitamos avanzar hacia la creación de un ente gestor del destino desde la colaboración público-privada, que, entre otras tareas, se encargue también de coordinar los dispersos esfuerzos promocionales que se llevan a cabo desde distintas instancias, buscando la máxima eficacia en el empleo de los recursos disponibles, ahora más escasos que nunca. Ese ente gestor tendría la misión de poner orden en el laberinto turístico, y de liderar, en primer lugar, el necesario debate que nos lleve a la definición explícita del modelo turístico al que aspiramos, y que, a continuación, provea de la necesaria hoja de ruta (con medidas a corto, medio y largo plazo)  con la que avanzar en ese camino.  Al mismo tiempo, estos procesos solo podrán acometerse con rigor si se cuenta con la necesaria información con la cual tomar decisiones, a la par que requerirá, hoy más que nunca, de propuestas imbuidas de un espíritu innovador; por tanto, la incorporación a ese ente de los agentes del conocimiento (principalmente los investigadores universitarios) resulta una obviedad, aunque a menudo este papel se pase por alto. ¿Tan difícil es de entender? Admito que sí lo es de ejecutar, pero se ha perdido mucho tiempo, quizás demasiado. El mundo se mueve muy deprisa, cambia cada vez más rápidamente, pero nosotros...
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Publicado en HEconomia el 6/5/13

domingo, 5 de mayo de 2013

TURISMO RURAL EN LA PROVINCIA DE HUELVA

Buen reportaje publicado hoy por el Periódico de Huelva, con referencia al primer trimestre del año. Estas son mis respuestas completas a las preguntas formuladas:

-         ¿Por qué resiste e incluso mejora el turismo rural en Huelva en mitad de la crisis del sector?

Es cierto que los datos del primer trimestre del 2013 son halagüeños: con respecto al mismo periodo del 2012 representan, como dato más significativo, un 29% de incremento en las pernoctaciones. Con todo, lo más interesante en el análisis no es esto, ya que esta comparación se ve desvirtuada por el hecho de que la Semana Santa este año fue en marzo y el año pasado en abril. Si comparamos las cifras actuales con las del año inmediatamente anterior en que la Semana Santa cayó íntegramente en marzo, que fue 2008, los resultados nos dicen que aún estamos lejos de recuperar aquel nivel, que superaba las 10.000 pernoctaciones en el primer trimestre (hoy hemos rozado las 8.000). Esta es una comparación más homogénea, si bien es cierto que en 2008 estábamos en los inicios de la crisis y ahora nos encontramos sumidos en ella con toda su crudeza. Por tanto, ojalá se confirme el cambio de tendencia. Otro indicador de que así puede ser es que 2012 se comportó bastante mejor que 2011: globalmente las pernoctaciones en los establecimientos de turismo rural de la provincia crecieron casi un 11%.
En un contexto de crisis las familias son mucho más sensibles al precio, y los alojamientos de turismo rural suelen ser más competitivos en precio.

-         Estos datos, ¿pueden abrir un cierto optimismo en el sector?

Hay que tomarlos con prudencia: primero por el efecto de la Semana Santa, y segundo porque en el turismo rural el viajero extranjero representa un porcentaje bajísimo. También ha subido en el primer trimestre de 2013 frente al de 2012, lo cual es igualmente positivo, pero no deja de ser ni el 5% del total, cuando en 2008 representaban prácticamente el doble. Hay que esperar para identificar más claramente la tendencia de recuperación, porque el mercado nacional va a seguir muy deprimido.

-         ¿Qué habría que hacer para potenciar aún más estos datos positivos?

Hemos de tener en cuenta que los alojamientos de turismo rural representan una parte muy pequeña de la oferta turística provincial, y que sus tasas de ocupación son muy bajas. En marzo de este año el grado de ocupación por plazas sólo fue del 15'65%, y durante los fines de semana alcanzó el 25'68%. Por tanto, es preciso, por un lado, intentar que esos establecimientos tengan algo más de actividad fuera de los fines de semana; y, por otro, definir explícitamente y promocionar con más músculo un modelo de desarrollo turístico que enfatice valores enraizados en el ámbito rural como el medio ambiente (naturaleza, paisajes, actividades al aire libre), la gastronomía (un producto                     estrella como el jamón ibérico de bellota no está mínimamente explotado turísticamente) y otras tradiciones idiosincrásicas. El medio rural cuenta con atractores no suficientemente conocidos más allá de círculos geográficamente cercanos (como la Gruta de las Maravillas, por ejemplo), a la vez que con potencialidades para configurar productos con un nítido marchamo experiencial, para lo cual es imprescindible involucrar a las comunidades locales y apoyar más decididamente a los emprendedores con proyectos innovadores. Es, también, un proceso de evolución (cambio) social, que poco a poco va apreciando cada vez más estos valores.