domingo, 4 de mayo de 2014

ENTREVISTA EN "EMPLEO MI MARCA"


1.       ¿Puedes decirnos cuál es tu predicción sobre la temporada turística de verano en Huelva que llegará en breve?
Teniendo en cuenta que nuestro mercado es de origen nacional en, aproximadamente, un 80%, la tímida recuperación económica que experimenta nuestro país debería traducirse en unos resultados ligeramente mejores en la próxima temporada estival que se avecina, aunque sin grandes alegrías. El turismo internacional es el que debería incrementarse algo más, ya que en 2013 se comportó peor que en 2012 pese a los declarados mayores esfuerzos promocionales en nuestros principales mercados emisores de Europa. De cualquier forma, como dijo Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo”. Desde arriba no parece que se haya extraído lección alguna de relieve después de todos los años de crisis que llevamos. La mayor, y diría que casi única, esperanza está en los movimientos que se están produciendo en la base, con nuevos emprendedores que están apostando por el turismo con ideas frescas, que renuevan y refuerzan nuestra oferta. Quienes nos visitan cuentan cada vez con más y mejores opciones para cubrir su tiempo de ocio, mucho más allá del sol y playa. Esta oferta mal llamada complementaria es cada vez más importante: el alojamiento es lo que tiende a ser complementario. En términos generales, diría que la ecuación se está invirtiendo, dentro de lo complejo que resulta entender el negocio turístico, dada la diversidad de perfiles o segmentos de clientes que coexisten.
2.       Según tu opinión, ¿cuáles son las tres principales actuaciones estructurales que realizarías en Huelva? (Me refiero a infraestructuras, formación en el sector hostelero, creación de más empresas turísticas, alianzas con empresas de éxito externas, acuerdo de las fuerzas políticas, etc.)
 
a)      Dotar al sector turístico provincial de un ente gestor del destino, más allá de la acción promocional; gestionarlo es mucho más que promocionarlo. Para que esos esfuerzos comerciales sean eficaces deben responder a una estrategia global, a la definición de las líneas maestras del modelo turístico que queremos para esta provincia, bendecida por la naturaleza pero que no termina de despegar convirtiendo sus potencialidades en realidades. Debemos tener claro cómo nos ven desde fuera; las implicaciones del nuevo contexto/turista digital y los cambios que conlleva; qué tipo de turista queremos atraer y, en función de ello, qué y cómo vender en cada época del año; cuáles son los verdaderos atractores de la provincia con capacidad para movilizar al turista potencial, incidiendo más en ellos; qué imagen queremos proyectar…En definitiva, coordinar y planificar, teniendo bien presente que el turismo es como un gran mosaico en el que intervienen muchas piezas (agentes públicos y privados) que han de encajar para no defraudar las expectativas del cliente. No podemos seguir con iniciativas deslavazadas, moviéndonos a base de impulsos espasmódicos.
b)      Un gran pacto de “Estado” por el turismo provincial, que defina un nuevo plan estratégico con el compromiso de su ejecución (sin perjuicio de las actualizaciones que procedan resultado del periódico control de su contexto y sus resultados) más allá de los avatares y los tiempos políticos. Como resultado de ese plan y del modelo de desarrollo que se defina, las prioridades en infraestructuras de transporte y comunicaciones deberían quedar establecidas. Es evidente que las carencias son graves y endémicas, pero lo coherente, y más en estos momentos, es priorizar y justificar con base en una visión compartida del turismo provincial. No vale justificar todos nuestros males en esas carencias, sin perjuicio de que existan y se llame la atención sobre ellas ante quienes tienen el poder político. Hay muchas otras cosas que podemos hacer para mejorar.  
c)       Para tomar decisiones se requiere de información válida y fiable. No se puede renunciar a ello (a la inteligencia competitiva) y actuar sólo con base en las inercias del pasado, en la intuición o en lo que hacen o dicen otros. Esto implica, entre otras muchas acciones, desarrollar el potencial de nuestra marca “HUELVA LA LUZ”, dotándola de argumentos científicos, técnicos y artísticos para que contribuya en mayor medida a penetrar en diversos segmentos del mercado turístico. La marca por sí sola no hace milagros: debe trabajarse sobre ella para posicionarla en la mente del consumidor en potencia con los mensajes y canales adecuados. Es algo que estamos desaprovechando, y es muy importante para que nos identifiquen, para diferenciarnos.

3.       Teniendo en cuenta la lucha interminable contra la estacionalidad de nuestro turismo, a tu juicio, ¿cuáles son los tres recursos turísticos más importantes que tiene Huelva para atraer turistas más allá de las playas?
Antes me refería a los principales atractores (o imanes) de la provincia. Contestaría de dos formas a esta pregunta:
a)      Sin minusvalorar a ningún otro, resaltaría (por sintetizar) cuatro que quizás sean los que más nos sitúen en el mapa, que nos hacen ser más conocidos y levantan expectativas de diverso tipo fuera de los confines provinciales: Doñana (aunque abarque otros municipios de Sevilla y Cádiz, la mayor parte de su territorio es onubense), La Rábida-lugares colombinos, Riotinto y Jabugo. Identifican recursos turísticos verdaderamente únicos, ya sean de carácter natural, histórico-cultural, histórico-paisajístico y gastronómico, respectivamente. Estos se complementan, sin duda, con varios más que muchos echarán en falta, que también contribuirán una vez que tengamos a los turistas aquí. Si algo caracteriza al territorio provincial es su diversidad. Ello le confiere una gran riqueza de matices, de combinaciones, pero los mensajes en marketing estratégico tienen que ser muy claros, no dispersarse, lo cual me lleva a la siguiente consideración.
b)      Mientras nuestros representantes públicos y privados mostraron interés por obtener información primaria acerca del comportamiento y grado de satisfacción del turista que nos visita, descubrimos que el anclaje de la provincia como destino turístico en la mente de quienes nos eligen está en la combinación naturaleza/paisaje y tranquilidad/no masificación. ¿Por qué no vender Huelva como provincia verde, en todos los sentidos? Cuando casi todo está aún por hacer, lo que seguimos teniendo en nuestras manos es una gran oportunidad: “sólo” necesitamos un liderazgo efectivo y una hoja de ruta coherente. ¿O repetiremos modelos desarrollistas caducos, insostenibles y masificados?

4.       ¿Piensas que sería buena idea crear un evento de transcendencia nacional o internacional varios días con gran impacto en la economía onubense como festivales de música, nuevas fiestas o eventos deportivos? ¿Qué antecedentes existen y por qué piensas que no existe ninguno en Huelva de reconocido prestigio?
Sí, porque necesitamos ganar visibilidad, que nos pongan en el mapa. A Huelva hay que venir expresamente, y necesitamos ganchos que atraigan a la gente. La cuestión es qué gente queremos atraer y, en función de ello, dilucidar qué tipo de eventos son los que nos interesan. También en todo esto hay que tener muy en cuenta a las comunidades receptoras de los flujos turísticos. Los residentes suelen constituir el eslabón perdido en los procesos de toma de decisiones en este campo, y deben tenerse muy en cuenta, porque al fin y al cabo todo esto se debe hacer para mejorar su nivel de vida y hacerlos más felices, en lugar de convertirlos en sufridores del crecimiento turístico. El turismo, por más que sea una industria sin chimeneas, no es una actividad neutra: genera impactos tanto positivos como negativos.
Por poner un ejemplo, esto se ha intentado con el Festival de Cine Iberoamericano, que es una gran idea pero que ha de tener una mayor repercusión exterior y no quedar tanto en algo de consumo doméstico. Esto debe ser entendido cabalmente por los responsables políticos, así como también que es mejor concentrar los recursos (siempre, y más ahora) en pocos eventos de alto impacto mediático que en muchos de andar por casa.
5.       Es sabido por todos que un problema de base del turismo de Huelva es que el propio onubense no le da el valor que realmente tiene a su provincia y a su potencial turístico. ¿Por qué crees que ocurre esto y qué propondrías para acabar con este mal endémico y hacer que el onubense sea un sujeto activo de la promoción turística?
Nos falta tradición. El turismo es un fenómeno relativamente reciente aquí, más allá del turismo de segunda residencia de los propios onubenses. Uno de los efectos que detectamos en los estudios sobre la población residente es que el turismo se convierte en un factor de cohesión social, de sentido de pertenencia, de orgullo por el hecho de recibir visitantes. En Huelva sabemos recibir, somos gente amable, hospitalaria, y esto es una fortaleza a explotar sobre todo cuando el turismo del siglo XXI tiene un marchamo experiencial que tiene todo que ver con la interrelación con las comunidades locales.
Hemos de mostrar a nuestros conciudadanos/as que el turismo tiene futuro, pero con realidades y activando los mecanismos de participación, porque el turismo ha de ser cosa de todos. Cuando esto sea así, se convertirán en los mejores anfitriones e incluso embajadores, pero siempre que el desarrollo del turismo  no se haga a sus espaldas. Siguiendo el precepto “ilustrado”, no es todo para el pueblo pero sin el pueblo. Hay que hacerlo con ellos: son pieza esencial, indispensable. Nuestros estudios indican que cuando mayor es esa participación más favorable es su actitud hacia el turismo.
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Publicado el 2/5/14 en: http://empleomimarca.com/2014/05/02/entrevista-a-alfonso-vargas-catedratico-de-la-universidad-de-huelva-y-experto-en-turismo/

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