martes, 6 de diciembre de 2022

TURISMO SENIOR Y DESESTACIONALIZACIÓN

Sintetizo seguidamente las principales ideas que vertebraron mi intervención en el Seminario Internacional “Turismo Sénior, Bem-estar e Sustentabilidade”, dentro del proyecto TURIVIVA+, que tuvo lugar en la Universidad de las Azores (campus de Ponta Delgada), el pasado día 2-12-22. Fueron básicamente tres:

1.-La desestacionalización del turismo: un desafío difícil.

Su carácter estacional es una de las características más definitorias de esta actividad económica, vinculada a una disponibilidad para viajar condicionada, principalmente, por los calendarios laborales y escolares, así como a la accesibilidad (particularmente por vía aérea en los destinos insulares). Una “enfermedad” contra la que todos los destinos intentan luchar, aunque en pocos casos con éxito. En la mente de todos están los destinos vacacionales que, fuera de la temporada estival, se convierten en núcleos fantasma con hoteles, viviendas y todo tipo de establecimientos cerrados.

En esta lucha, la población senior es un factor determinante, por tratarse de un segmento de personas sin esas (o con menos) restricciones vinculadas al trabajo y la familia, así como con unas condiciones de salud y económicas que les permiten viajar en cualquier época del año, sobre todo fuera de las temporadas altas y masificadas.

Con todo, es importante hacer notar que se trata de un “target” objeto del deseo de muchos, tanto por razones demográficas ligadas al alargamiento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población (tamaño y crecimiento del mismo), como por su capacidad para viajar en función de su poder adquisitivo y de un estado físico que les mantiene más activos, por lo que es fundamental armar una propuesta de valor capaz de afrontar la cada vez mayor competencia existente a nivel nacional e internacional (más sobre el cambio demográfico y el aumento de turistas seniors en: https://ec.europa.eu/docsroom/documents/6924/attachments/1/translations/en/renditions/native).

2.-Qué se puede hacer: necesitamos un plan.

Ese plan ha de pasar por reconocer que se trata de un segmento que no es homogéneo: bien al contrario. La edad no es, ni mucho menos, la única variable definitoria de este mercado, aunque se pueda hablar de él a partir de los 55 años: es mucho más complejo que eso. Por tanto, es básico conocer sus variadas motivaciones y expectativas. Hay que conocer bien este mercado para poder identificar qué subsegmentos son los que mejor encajan en las prioridades del territorio y en lo que el destino o la empresa en cuestión pueden ofrecer.

Un plan en el que el trabajo colaborativo entre Administraciones públicas y empresas turísticas es esencial (los programas de turismo/termalismo social, como los del Imserso español, son un ejemplo de ello), pero que debe ampliarse a la colaboración con otros sectores adyacentes (agroalimentario, cultural, deportivo, ambiental) para crear un ecosistema simbiótico que dé un servicio integral a este público objetivo. Un botón de muestra sería el del turismo accesible e inclusivo. Ahora que tan en boga están los llamados destinos turísticos inteligentes, conviene recordar que la accesibilidad es uno de sus pilares.

Adicionalmente, no sólo necesitamos conocer de dónde venimos (el pasado) y dónde nos encontramos (el presente), sino sistemáticos ejercicios de prospectiva que nos alerten acerca de las nuevas tipologías que surgen dentro de este mercado. Ahí están, por poner algunos ejemplos, los nómadas digitales seniors (con connotaciones laborales/empresariales o sin ellas), los hoteles como casas de retiro en lugar de las tradicionales residencias de ancianos, los híbridos turismo-salud, el fenómeno del “senior living” (co-housing, co-living, senior living resorts) e incluso los destinos “age-friendly” (de los que ya existen distintivos en países como Francia y España).

3.-La gobernanza turística: un sistema de gobernanza capaz de formular y ejecutar eficazmente el referido plan, con su correspondiente modelo de negocio.

Más allá de circunstancias coyunturales que puedan favorecer la capacidad de atracción de turistas seniors en temporada baja (como ahora en invierno con la crisis energética y la llamada a este tipo de público del norte de Europa con tiempo y recursos económicos para una estancia larga en las zonas más templadas y cálidas del sur), la gobernanza turística es clave para dar continuidad al conjunto de acciones encaminadas a este fin. Una gobernanza soportada en los pilares de la seguridad (sanitaria y no sólo), la sostenibilidad (en su triple vertiente ambiental, social y económica) y la inteligencia competitiva (toma de decisiones basada en datos), así como en órganos gestores que incluyan a las comunidades locales como un actor decisivo y decisorio más, junto a las Administraciones públicas y las organizaciones empresariales, para prevenir o combatir la turismofobia y generar turismofilia.

Una gobernanza que preserve la autenticidad del destino y promueva su diferenciación, colocando el valor de la experiencia por encima del precio a la hora de competir.

Un desafío difícil de encarar, como se expresaba al principio de este post, pero no imposible.


ANEXO: Vea en los siguientes enlaces cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar a las empresas que opten por este público meta:

*Para mejorar la seguridad en las comunidades de personas mayores:

*Asistentes digitales para personas mayores: 

*Altavoces Inteligentes (LIFEPOD): https://lifepod.com/

*Gafas Inteligentes (INGENIOSPEC): https://www.ingeniospec.com/senior-eyewear

*Mediante Inteligencia Artificial (NOBI): https://nobi.life/

(Post nº 430 en este blog)


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