domingo, 5 de mayo de 2013

TURISMO RURAL EN LA PROVINCIA DE HUELVA

Buen reportaje publicado hoy por el Periódico de Huelva, con referencia al primer trimestre del año. Estas son mis respuestas completas a las preguntas formuladas:

-         ¿Por qué resiste e incluso mejora el turismo rural en Huelva en mitad de la crisis del sector?

Es cierto que los datos del primer trimestre del 2013 son halagüeños: con respecto al mismo periodo del 2012 representan, como dato más significativo, un 29% de incremento en las pernoctaciones. Con todo, lo más interesante en el análisis no es esto, ya que esta comparación se ve desvirtuada por el hecho de que la Semana Santa este año fue en marzo y el año pasado en abril. Si comparamos las cifras actuales con las del año inmediatamente anterior en que la Semana Santa cayó íntegramente en marzo, que fue 2008, los resultados nos dicen que aún estamos lejos de recuperar aquel nivel, que superaba las 10.000 pernoctaciones en el primer trimestre (hoy hemos rozado las 8.000). Esta es una comparación más homogénea, si bien es cierto que en 2008 estábamos en los inicios de la crisis y ahora nos encontramos sumidos en ella con toda su crudeza. Por tanto, ojalá se confirme el cambio de tendencia. Otro indicador de que así puede ser es que 2012 se comportó bastante mejor que 2011: globalmente las pernoctaciones en los establecimientos de turismo rural de la provincia crecieron casi un 11%.
En un contexto de crisis las familias son mucho más sensibles al precio, y los alojamientos de turismo rural suelen ser más competitivos en precio.

-         Estos datos, ¿pueden abrir un cierto optimismo en el sector?

Hay que tomarlos con prudencia: primero por el efecto de la Semana Santa, y segundo porque en el turismo rural el viajero extranjero representa un porcentaje bajísimo. También ha subido en el primer trimestre de 2013 frente al de 2012, lo cual es igualmente positivo, pero no deja de ser ni el 5% del total, cuando en 2008 representaban prácticamente el doble. Hay que esperar para identificar más claramente la tendencia de recuperación, porque el mercado nacional va a seguir muy deprimido.

-         ¿Qué habría que hacer para potenciar aún más estos datos positivos?

Hemos de tener en cuenta que los alojamientos de turismo rural representan una parte muy pequeña de la oferta turística provincial, y que sus tasas de ocupación son muy bajas. En marzo de este año el grado de ocupación por plazas sólo fue del 15'65%, y durante los fines de semana alcanzó el 25'68%. Por tanto, es preciso, por un lado, intentar que esos establecimientos tengan algo más de actividad fuera de los fines de semana; y, por otro, definir explícitamente y promocionar con más músculo un modelo de desarrollo turístico que enfatice valores enraizados en el ámbito rural como el medio ambiente (naturaleza, paisajes, actividades al aire libre), la gastronomía (un producto                     estrella como el jamón ibérico de bellota no está mínimamente explotado turísticamente) y otras tradiciones idiosincrásicas. El medio rural cuenta con atractores no suficientemente conocidos más allá de círculos geográficamente cercanos (como la Gruta de las Maravillas, por ejemplo), a la vez que con potencialidades para configurar productos con un nítido marchamo experiencial, para lo cual es imprescindible involucrar a las comunidades locales y apoyar más decididamente a los emprendedores con proyectos innovadores. Es, también, un proceso de evolución (cambio) social, que poco a poco va apreciando cada vez más estos valores.

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