-¿Por qué es importante la estrategia para el turismo onubense?
-Hay un tema muy machacado, el de las infraestructuras, en el que podemos hacer la carta a los Reyes Magos con el aeropuerto, el Ave, etc. Pero lo serio es establecer prioridades. Y esto se hará en función de cuál es el modelo de desarrollo turístico que queremos para la provincia, para actuar coherentemente y determinar cuáles son nuestras prioridades en materia de infraestructuras, por ejemplo. Que hay un déficit en infraestructuras en la provincia, es evidente, pero esa especie de mantra se ha convertido en una cortina de humo para no asumir ninguna responsabilidad, ni para hacer otras cosas que sí están en nuestras manos y que, sobre todo, tienen que ver con organizarnos mucho mejor.
-...Para establecer una estrategia única pero dinámica.
-Claro. Debe haber una estrategia articulada dentro del territorio y adaptable en el tiempo. Lo que tenemos son iniciativas parciales que no están articuladas. En determinados momentos salen temas y empezamos a movernos sobre eso. Hoy se habla de los cruceros, y en otro momento del turismo rural. Pero debemos tener una estrategia a largo plazo, saber qué buscamos y qué queremos. Aquí, lo único que se hace es promoción del destino, pero eso solo no es suficiente. Si promocionas el destino, traes a la gente y luego resulta que aquí las cosas no están en orden -el servicio que se presta no tiene la calidad adecuada y la profesionalización de quienes prestan esos servicios tampoco es la correcta y no hay buenos servicios públicos-, al final, las expectativas del turista no se cumplen y la propia promoción se vuelve en contra. Primero hay que saber cómo promocionar y a qué tipo de clientes dirigirnos.
-Por eso es necesario un Centro de Estrategia Turística en Huelva.
-Ésta es la única provincia andaluza que no ha contado, ni cuenta, ni al parecer quiere contar, por lo que se ve, con lo que también se conoce como Observatorio Turístico. Esto significa que se va a ciegas, o meramente a impulsos o por intuición. ¿Qué nos diferencia? No se sabe. ¿Y qué estamos vendiendo? Todo eso tiene que ser fruto de una reflexión colectiva, que esté recogido en un plan, con acciones, con metas, con indicadores y con rendición de cuentas.
-¿Y qué ha fallado? ¿Por qué esa falta de rumbo?
-Porque no nos terminamos de creer la importancia del turismo para el futuro de la provincia. Huelva se nos está muriendo. Hoy es Celulosas, mañana será otra cosa. Y se nos está muriendo por inacción e incapacidad propias.
-¿Falta una estrategia general?
-Sí, global. La estructura económica de la que hemos estado viviendo en Huelva, o malviviendo, se nos está cayendo a pedazos.
-Se insiste en que la agricultura y el turismo es el futuro.
-Pero no nos lo tomamos en serio. Y luego las empresas son también muy cómodas: es la cultura que se ha instalado. Dicen, claro está, que los entes públicos hagan más promoción, ¿pero ellas están promocionando el destino? Siempre le echamos la culpa a los políticos y a las instituciones públicas pero es que las empresas de renombre que están instaladas aquí tampoco contribuyen como debieran.
-¿Hay falta de ambición?
-Es que creo que, en general, tampoco se ha hecho un esfuerzo por que la sociedad se implique y nos creamos todos la importancia que para el futuro de esta provincia tiene el turismo. Al final queda la agroalimentación -que está funcionando razonablemente bien, dando pasos adelante y avanzando en algo tan importante como la investigación y desarrollo- y el turismo, que no termina de arrancar. Y siempre le echamos la culpa a la falta de infraestructuras, pero, insisto, hay muchas más cosas que podemos hacer. No hay más que ver las estadísticas de la percepción que tienen los turistas de nuestra provincia en comparación con el resto de Andalucía. Estamos a la cola en todo, salvo en el golf. Hace falta gestionar el destino, y gestionarlo es mucho más que hacer marketing.
-¿Se tiene poco en cuenta a la Universidad en el sector?
-Prácticamente nada. Hay tres patas que tienen que colaborar: la empresa, las administraciones públicas y la Universidad; la triple hélice, que se llama. Ésta tiene que moverse junta pero la Universidad tiene también su responsabilidad. Ha sido incapaz de hacer algo tan sencillo como decirle a la sociedad: "Aquí están los mejores recursos humanos que tenemos, especializados en este tema, al servicio de ustedes, para lo que ustedes necesiten". No ha sido capaz de organizarse en un Centro de Estrategia Turística o Instituto de Investigación o como se le quiera llamar. Aquí tenemos especialistas en estos temas dentro de diversos ámbitos; queremos investigar, no sobre lo que nosotros creemos que es bueno para la provincia, sino sobre lo que la provincia nos diga que necesita. Y se pueden hacer cosas de envergadura.
-¿Es vital para el futuro?
-Es que es el paso previo para todo. Debe haber un órgano capacitado para pensar globalmente y diseñar una estrategia. Se dice que no vienen inversores, pero cómo van a venir si no saben cuáles son las reglas que se van a encontrar aquí. Todo eso nos daría una imagen de un destino serio, que sabe lo que quiere, que sabe lo que busca, que sabe cuáles son sus prioridades, y eso para un inversor es muy importante . Y es que no somos un destino serio, organizado, vertebrado y que sabe a dónde va.
-Tiene mucho que ver con el concepto de Destino Turístico Inteligente que impera ahora.
-En efecto, es que hoy en día va de eso y nosotros nos estamos quedando atrás. El último gran tren que podemos coger es el de Destino Turístico Inteligente. Hay muchas provincias que tienen sus proyectos y están trabajando sobre eso, que tiene que ver con la tecnología, pero también con una capacidad de organizarse, de reunir buenos datos estructurados para poder tomar decisiones. Es plantear un proyecto serio, que nos dirá cuáles son las prioridades y las acciones a tomar.
-Y corregir ese déficit inversor.
-Claro. Pero, por ejemplo, lo de la Escuela de Hostelería de Islantilla es incomprensible, si es verdad que asumimos que el sector del turismo es prioritario, y que dentro de éste, la gastronomía es un atractivo fundamental y que tenemos que prestar un servicio excelente a quienes nos visitan, sobre todo si hablamos de turistas extranjeros, que están más acostumbrados a otro tipo de oferta.
-¿Huelva no está preparada para el turismo extranjero?
-No está suficientemente preparada. Tiene que organizar la casa internamente para ser capaz de atender adecuadamente a ese turismo internacional. El déficit de idiomas es evidente, y el déficit de la calidad de servicio al cliente -no lo digo yo, lo dicen las encuestas, que nos dejan a la cola de Andalucía-; y el de la movilidad interna.
-Personalmente, ¿qué modelo turístico cree que debería tener Huelva?
-El anclaje de quien nos visita a Huelva tiene unos ejes muy claros: no masificación, tranquilidad, naturaleza, paisajes, playas, clima. Entonces, si lo que el turista espera de nosotros es un destino no masificado, tranquilo, donde pueda disfrutar de nuestra biodiversidad, de nuestros ecosistemas, de nuestra naturaleza, de nuestros paisajes y playas... el modelo no puede ser el turismo de masas del siglo pasado. Esto no puede ser otra Costa del Sol u otro Benidorm. Tendrá que ser un modelo de baja densidad, de mayor calidad, donde se busque un turista de mayor poder adquisitivo. Es decir, la rentabilidad no vendría por la cantidad. No volvamos a repetir los errores del siglo pasado. Menos, pero que se queden más, gasten más y vuelvan.
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