Bienvenida

¡GRACIAS POR SU INTERÉS!

Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

miércoles, 25 de marzo de 2020

EL TURISMO POST-CORONAVIRUS (III)

En el post precedente comentábamos que el tiempo que dure esta epidemia, y sus consecuencias, influirá de forma decisiva en el escenario post-coronavirus, tanto por su impacto en el comportamiento del turista como en la política gubernamental, los dos factores considerados para presentar posibles escenarios. A este respecto, y con la prudencia propia de un contexto VUCA (también referido en el citado post), podemos empezar a atisbar algunas señales débiles.

La compañía de investigación de mercados GWI (GlobalWebIndex), con sede en Londres, dio a conocer ayer los datos de un estudio internacional sobre el Covid-19 realizado en 13 países, entre ellos España. El trabajo de campo se realizó entre el 16 y el 20 de Marzo (por tanto, ya dentro del estado de alarma decretado por el gobierno y que entró en vigor el día 15), con una muestra de 1.000 respuestas para cada país (concretamente 1.005 en el caso de España), formada por usuarios de Internet y ponderada según edad (entre los 16 y los 64 años), género y nivel educativo.

De los resultados que arroja, a continuación se reflejan algunos que, quizás, puedan ayudar a vislumbrar las perspectivas del turismo en nuestro país en dicho escenario:

*Un 56% declara estar muy o extremadamente preocupado por la situación generada por esta pandemia en España (bastante por encima del conjunto de los países incluidos en el estudio). Este dato es consonante con el 46% que cree que el impacto económico en sus hogares será grande o incluso dramático (también muy por encima de la media de dichos países). Asimismo, el 92% anticipa que los efectos sobre la economía del país y global será, igualmente, grande o dramática.

*Casi la mitad (49%) piensa que esta situación durará entre 2 y 3 meses, periodo que tiende a ser más largo cuando se pregunta por los efectos a escala global. Por tanto, parece ampliamente asumido que las consecuencias de la epidemia se alargarán más allá del tiempo anunciado para el estado de alarma (4 semanas, por el momento).

*Medido en una escala de 1 a 5 (desde no optimista en absoluto hasta muy optimista, respectivamente), el grado de optimismo en España respecto a la superación del brote de este coronavirus es muy moderado (3’4) y claramente inferior a la media del conjunto de países (4’0) e incluso de Italia (3’6). En suma, parece que aún no hemos empezado a ver la luz al final del túnel.

*Apenas el 52% aprueba la gestión de las aerolíneas en esta crisis, muy por debajo del 69% general y, por ejemplo, del 64% de Italia. Mejorar la percepción de la población debería ser, pues, un objetivo para las compañías que consigan sobrevivir al periodo indeterminado de casi paralización del tráfico aéreo.

*Las medidas adoptadas para combatir la pandemia (casi todas ellas con efecto directo en la actividad turística, como cancelación de eventos deportivos, cierre del comercio no esencial, de bares, restaurantes, cafés, lugares de ocio, museos, galerías, hasta el cierre de fronteras) cuentan con un muy alto grado de aprobación, del 89% en adelante. 

*Sólo el 20% afirma haber cancelado planes de viaje a otro país, y el 33% dentro de España. Cabe entender que el resto o no tenían aún planes o los han pospuesto. Así, el 38% declara que ha retrasado la compra de productos vacacionales, que es el porcentaje más alto de compra retrasada. A su vez, el 31% declara que la duración de ese retraso en la compra será hasta que el brote de Covid-19 haya terminado en España, si bien el grado de incertidumbre al respecto es elevado.

*En este periodo de confinamiento, el 64% declara que pasa más tiempo usando su teléfono móvil o smartphone. En consecuencia, para las empresas y destinos turísticos el canal móvil gana aún más importancia en este escenario. A su vez, la mayor parte pasa más tiempo utilizando servicios de mensajes como Whatsapp, Facebook Messenger, etc., y en las redes sociales, siendo ahí, por tanto, donde más fácil resultará encontrar a turistas potenciales. Como contraste, y pese a la mayor avidez por la cobertura de noticias, destaca el bajo porcentaje de lectura de medios convencionales como revistas y periódicos.

En suma, son datos que requerirían de una observación de sus tendencias a lo largo de las próximas semanas y meses, pero que ayudan, como ha quedado expuesto, a sugerir acciones en el presente y a configurar los perfiles del futuro escenario post-coronavirus. En todo caso, la percepción de confianza que transmitan empresas y destinos, que aplaque el miedo a viajar, será fundamental en una recuperación de la actividad turística que, presumiblemente, se acercará más a la forma de U (crecimiento progresivo) que de V (rebote rápido), sobre todo en lo que al turismo internacional se refiere, tanto por la situación (sanitaria y económica) de los principales destinos emisores como por la prudencia a la hora de desmantelar los controles establecidos. A este respecto, debería prestarse atención a posibles reacciones de turismofobia por la concentración de turistas; téngase en cuenta que, en el referido estudio, el 77% de los españoles manifiesta que ha reaccionado evitando lugares con mucha gente, siendo éste el cambio de comportamiento más acusado (evitar el transporte público alcanza el 59%). O a posibles amagos de rechazo social según la procedencia del turista, mientras la herida de este drama todavía esté fresca. También podría darse una alteración de los habituales periodos de vacaciones (con la correspondiente influencia en los flujos turísticos), así como modificaciones en los servicios que prestan los establecimientos de alojamiento y restauración (por ejemplo, ¿se mantendrán los bufés?; ¿y los aforos?).

Por tanto, a partir de esas señales, aunque sean débiles aún, las estrategias aplicables deben ser anticipativas más que reactivas. Como decía el Prof. Rafael Alberto Pérez, en sus postulados sobre la nueva teoría estratégica, mejor (más fácil y controlable) cambiarse a uno mismo (mejorar nuestros productos/servicios) que tratar de cambiar a los demás (tu entorno); mejor transformar la relación que intentar cambiar al otro. Los indicios apuntan a que habrá un antes y un después en el modo en que las partes intervinientes en la industria turística se relacionan entre sí, acelerando o modificando determinados aspectos de esas interacciones, que habrán de cambiar en la medida en que el comportamiento del consumidor/turista se altere y las políticas gubernamentales que condicionan la actividad turística también lo hagan. 

No es inverosímil pensar que este trauma global nos lleve a un replanteamiento (que esperemos sincero) de la industria turística en su conjunto, para hacerla, por supuesto, más sostenible, pero también más segura y consciente de los riesgos para la salud. Deberíamos aprovechar la oportunidad y el aprendizaje que nos brinda esta crisis para repensar los modelos de desarrollo turístico de forma que puedan contribuir a atajar de forma más decidida los desafíos del cambio climático, así como para diseñar modelos más respetuosos con (e inclusivos de) las comunidades locales.

En esta línea, lo primero ha de ser definir el futuro al que aspiramos; después vendrá la definición de la estrategia para alcanzar los objetivos que nos hayamos marcado y, así, avanzar para hacer realidad ese futuro deseado. Para encontrarlo, el ejercicio de prospectiva que representa el diseño de los posibles escenarios, como empezamos a hacer en el post anterior, nos ayudará a decidir cuál de ellos es el que convertimos en nuestra meta y a pasar a la fase de planificación de las acciones a ejecutar. Razón/lógica e intuición/creatividad estarán involucradas en esta tarea, sin que podamos permitirnos el lujo de renunciar a ninguna de nuestras capacidades. 

Felizmente, los profesionales del turismo en nuestro país han demostrado atesorar suficientes capacidades en ambas esferas (conocimiento científico-técnico e imaginación) para afrontar los desafíos del turismo post-coronavirus. Hay razones para la esperanza, para no caer en el fatalismo: no debemos olvidar que, si bien el entorno nos condiciona, nosotros, con nuestras decisiones y acciones, también podemos alterar ese entorno. Somos producto pero, a la vez, también productores del mismo, tengámoslo presente.

P.D.: Puede acceder al post anterior (II) a través del siguiente enlace:

https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/industria/Paginas/2020/110320-guiaturismo.aspx

No hay comentarios:

Publicar un comentario