El mundo avanza gracias a los creadores en todas las facetas de la vida, que contribuyen al bienestar de sus conciudadanos. Esto viene a colación de lo que pudo ser y no fue, en el sentido de contar con alguna estructura para canalizar de una manera efectiva hacia los tomadores de decisiones privados y públicos el conocimiento nuevo que un sector tan dinámico como el turístico va generando. Y esto es cosa de dos: de la universidad y de los agentes del sector, que deben poner más de su parte desde la convicción de que se necesitan y pueden fortalecerse mutuamente.
Son temas clave que, por tanto, también debemos plantearnos aquí:
-Nuevos clientes, que (además de más formados, más informados y más exigentes) son fruto de nuevos perfiles socio-demográficos (nuevas estructuras familiares, envejecimiento de la población, etc.) o de mercados emisores emergentes (Rusia, China, etc.) que con la caída drástica de la demanda doméstica y el estancamiento de nuestros mercados emisores tradicionales en Europa cautivan la atención de todos los destinos y operadores, que intentan atraerlos.
-Nuevos destinos competidores, especialmente, en lo que a nosotros más nos afecta, en el turismo de sol y playa, con claras ventajas en costes. ¿Podemos competir con base en volumen y precios/costes bajos?
-Nuevos desarrollos de productos y mercados en segmentos del tipo turismo familiar, sólo para adultos, sólo para mujeres, turismo halal (orientado a la población musulmana), los retos de la internacionalización de las operaciones y de la clientela, etc.
-Nuevos modelos de comercialización: up-selling, cross-selling, redes sociales, tecnologías móviles... la intermediación online y problemas como la falta de paridad en los precios, la reputación online, etc.
-Nuevos modelos de gobernanza y promoción turística: cooperación público-privada, promociones más segmentadas priorizando mercados y productos (en lugar de la tradicional promoción lineal e indiscriminada),…
-Nuevas responsabilidades de la industria turística: certificaciones ligadas a la sostenibilidad de productos y destinos, la responsabilidad social corporativa de las empresas, etc.
Es un mundo extraordinariamente dinámico en el que, sin olvidar sus fundamentos (especialmente en estos tiempos el control de costes a través de una mayor eficiencia a todos los niveles), aparecen nuevos modelos de negocio (por ejemplo la venta de hoteles por horas) y nuevas tecnologías (las empresas y los destinos deben acompañar a un cliente cada vez más móvil con tecnologías para sus dispositivos móviles) que nos obligan a reinventarnos de forma cada vez más acelerada.
En suma, se trata de leer bien el futuro, sus tendencias de cambio, e ir por delante; o cuando menos estar bien orientados y preparados para lo que viene. La cuestión es que nada de esto se improvisa: requiere de estructuras de inteligencia competitiva y de planes de acción. ¿Las tenemos en nuestro destino? ¿Hay visión y voluntad para llegar a tenerlas?
En este contexto, hemos de actuar como el samurái que lucha con dos espadas: una para defenderse y otra para atacar. Sólo los mejores entrenados sobrevivirán.
Publicado en HEconomia el 6/6/13
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EL OBSERVATORIO QUE NUNCA EXISTIÓ (I) puede encontrarse en:
https://alfonsovargassanchez.blogspot.com/2013/05/el-observatorio-que-nunca-existio-i.html
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