Hoy les invito a saltar conmigo este muro por primera vez y compartir algo que nos proporciona momentos de felicidad, y que también nos ayuda a sentirnos mejor haciendo felices a otros. El turismo es una de esas rara avis que puede lograrlo. “El Turismo: la ciencia al servicio del arte de hacer soñar”, como a un servidor le gusta decir. Y es un buen momento para dar ese salto porque estos últimos días han venido marcados por el hito de la Feria Internacional del Turismo de Madrid (FITUR), una de las citas profesionales más importantes del primer sector económico a escala planetaria, que indefectiblemente tenemos marcado cada año en nuestro calendario, porque Huelva ha estado y seguirá estando ahí.
Y como seguirá estando, porque ahí nuestras empresas van a encontrar a las contrapartes que necesitan para desarrollar sus negocios, quiero compartir con usted un sueño. Seguramente parte de este sueño ya es realidad, otra no dependerá sólo de nosotros, pero si alguna no lo es aún y quienes tienen influencia en la materia entienden que puede ser susceptible de implementación e interesante para reforzar y mejorar lo que ya se hace, me daré por satisfecho. Todos debemos sumar, arrimar el hombro, cada uno en la medida de sus posibilidades y en el ámbito que le toca desempeñar: en mi caso el del estudio y la investigación.
En dicho sueño veo un stand sin barreras, permeable, que llame a entrar en él (en nuestra casa común) y a envolverse en la diversidad de una provincia que es mucho más que sol y playa: una Huelva que activa todos nuestros sentidos: vista, oído, olfato, gusto, tacto; y hasta el sexto atribuido a las féminas, que les dice: vale la pena acercarse a Huelva y descubrirla despacio, con calma. Igual que las oficinas bancarias derribaron la barrera de los mostradores, que les separaba de sus clientes, nosotros hacemos lo mismo para acercarnos a nuestros turistas en potencia o a quienes pueden traérnoslos.
Veo a amantes y conocedores de esta tierra con tantos matices que transmiten pasión cuando entregan un desplegable, muestran una app o responden a cualquier pregunta en varias lenguas. Nada se queda pendiente: se desviven con entusiasmo por atender a quien se acerca, porque así de hospitalarios somos aquí. Es una primera impresión fundamental para que el destinatario se deje enganchar por nuestro encanto, también humano.
Veo como, con el apoyo de la Universidad, se aprovecha la feria para obtener datos primarios (con tecnología de punta, porque aquí avanzamos en la senda de los destinos turísticos inteligentes) acerca de nuestra imagen, de cómo nos ven como destino, de la percepción que tienen de nuestra oferta y de nuestra marca turística, una marca que ocupa un lugar bien visible, porque transmite un significado que coadyuva a hacernos reconocibles y a ser percibidos como un destino diferente. Estamos organizados, planificamos y sustentamos nuestras decisiones en una información científicamente válida y fiable.
En mi sueño también me encuentro cada día a muchos empresarios sentados en primera fila de una sección de ese stand cumpliendo con su agenda de trabajo, esa que se ha preparado con la antelación necesaria y en ocasiones con la ayuda de las administraciones públicas competentes (que se ofrecen y ayudan en este sentido) para que dé frutos en términos de negocio y de desestacionalización. Porque es importante que se vea desde fuera gente negociando contratos, en actividad: Huelva está en una ebullición en la que quien no corre vuela.
Esto último, puestos a seguir describiendo mi sueño, me lleva a constatar que las acciones de promoción programadas (presentaciones de novedades, actividades lúdico/gastronómicas, etc.) han tenido un impacto mediático fuera de Huelva, que es lo que verdaderamente se necesita para que el mercado nos conozca mucho mejor. A veces esas acciones fueron diseñadas con gran originalidad y fuimos capaces de generar un efecto llamada; en otras ocasiones ese efecto vino de la mano de los denominados prescriptores, esos personajes públicos con tirón, y algunos onubenses (de nacimiento o de adopción -aquí somos abiertos-) lo tienen.
La pasión atrae más pasión, la gente atrae a más gente (si hacemos las cosas bien), los empresarios atraen a más empresarios, el talento atrae más talento…Dejo aquí mi sueño: sé que había más cosas en él, pero algo me sobresaltó. ¡Caramba!, es que tenemos que hacer balance de esta edición y seguir pensando en el diseño de nuevas experiencias, que desde la innovación, la sostenibilidad y la autenticidad de nuestros recursos cautiven a nuestros segmentos de mercado; cómo generar pasión y emoción a través de algo aparentemente tan frío como las tecnologías, aunque éstas bien es verdad que me permiten estar en todas partes…Hay que seguir trabajando, y mucho; compitiendo pero también cooperando; dando a cada uno su papel: unos a ayudar a que los empresarios hagan negocios y otros a efectivamente hacerlos (con la consiguiente generación de empleo) dentro del modelo de desarrollo que queremos para nuestra provincia. El futuro depende fundamentalmente de nosotros mismos.
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