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Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:
-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0
-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0
-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas
Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua
Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0
domingo, 11 de octubre de 2015
HUELVA: RESULTADO DE UN PROCESO DE CO-CREACIÓN
Diría que Huelva es un gran misterio. Nos hemos hecho esa pregunta o algunas parecidas para intentar comprender qué es lo que pasa en la tierra de las eternas potencialidades (con base en su rica diversidad de recursos) y las escasas realidades (ahí están sus estadísticas socio-económicas, incluidas las de extensión de la pobreza). Pues bien, parafraseando al poeta, Huelva será el resultado de que alguien piense en Huelva. Deberíamos ser muchos los que pensáramos en su interés general, pero parece que no es así; otros intereses predominan. Debería existir un liderazgo integrador que canalizara ese proceso de co-creación de nuestro futuro, pero rotundamente no existe tal liderazgo (el descrédito de quienes viven de la política o medran en ella es estratosférico). Si no somos nosotros quienes tomamos las riendas de nuestro propio destino, la sociedad civil desde abajo, otros desde arriba (los correspondientes lobbies en cada caso, que responden a sus intereses particulares) lo harán por nosotros: más bien parece que es esto último lo que está sucediendo (el turismo, en mi opinión, es un claro ejemplo de ello). Sin entrar en particularidades como las que entraña el referido sector (no es el objeto de este post), el problema de fondo es el que revela la siguiente imagen:
Generalizando, mi diagnóstico es el siguiente:
1.Se trata de una sociedad con un nivel educativo / cultural relativamente bajo, poco leída e informada que se lo traga todo (o casi).
2.Es una sociedad adormecida, que rehuye el compromiso para vivir la vida con Pepsi Cola. Parafraseando ahora a Henry Ford, para qué pensar, ya les pagamos a otros para que lo hagan por nosotros. Es lo que se ha cultivado desde arriba.
3.Es una sociedad en la que se ha tejido una dependencia tan grande de la cosa pública que la gente teme alzar su voz. Aunque parezca mentira a estas alturas y en un sistema democrático, yo detecto miedo a decir públicamente lo que se piensa no vaya a ser que se moleste a los poderosos y te vaya a perjudicar.
4.Es una sociedad muy poco vertebrada socialmente desde el punto de vista del pensamiento y la crítica constructiva. ¿Qué foros existen, aparte de aquellos que dan voz a esos poderosos y a los que la gente va a ser vistos? La resultante es el pensamiento único, o casi, o el no pensamiento. Mirad el panorama de los medios de comunicación, e incluso el papel de la universidad.
5.Es una sociedad que prima escasamente el mérito y la capacidad acreditados (excepto en el caso del deporte, el somnífero por excelencia), sino a quien ocupa el poder sin importar cómo, realimentándolo.
6.La resultante es una sociedad con una capacidad de autocritica muy débil, con escasa renovación de personas e ideas, caracterizada por el culto al poderoso a nivel político y/o económico, donde quien ostenta el poder se siente muy cómodo. La resultante es una sociedad atrasada y mediocre.
Es obvio que me gustaría expresarme de otra manera, pues se trata de mi tierra y mis gentes (no existe una única Huelva, sino varias), pero así la veo y ahí creo que está el origen de nuestros muchos problemas y carencias, que nos impide salir del profundo pozo en el que estamos. Antes de buscar el enemigo exterior, mirémonos al espejo.
A partir de aquí, atisbar la solución resulta muy difícil. Me temo que ésta sólo puede venir:
-o de un estallido social, que, aunque no deseado por quien suscribe, si no se ha producido ya, en los peores momentos de la muy dura y larga crisis actual, será difícil que ocurra (los analgésicos de la fiesta y el fútbol han seguido funcionando eficazmente, así como la enorme labor humanitaria de organizaciones varias y el núcleo social que representa la familia);
-o a través de la educación y las nuevas generaciones, pero la educación/cultura en nuestro país, y especialmente en Andalucía, está como está, es decir, cada vez peor, al menos en términos relativos (es decir, si acudimos a las odiosas comparaciones). En todo caso, estaríamos hablando del medio/largo plazo.
Podemos verlo también como la disyuntiva entre cambio radical y cambio gradual. Sea como fuere, sólo desde la presión externa los agentes promotores del (o proclives al) cambio que pudieran existir dentro del sistema actuarán; y siempre se sustanciará en que las personas adecuadas estén en los puestos claves.
No quiero ser un pesimista, sino un realista bien informado. Aunque estemos acostumbrados a vivir en el pozo, hemos de reaccionar frente a quienes van a servirse de la política y no a servir a sus conciudadanos, así como frente a sus mandados, a veces camuflados: ¿tienen algún modus vivendi más allá de la política o de lo derivado de la misma?
Tienen que empezar a sentir la indiferencia, el desdén, el rechazo de la sociedad, que hay vida más allá de ellos, que no todo gira en torno a ni depende de ellos. Que son ellos quienes están al servicio de los demás, no al revés. Pero eso de la erótica del poder y acercarse a éste es obvio que encandila a mucha gente, acabando atrapada en sus redes. La política, entendida como servicio temporal a la comunidad de la que formas parte, es un ejercicio noble, pero como profesión se pervierte y se enfanga con intereses espurios. Necesitamos gente que prestigie la política y no padezca de 'autismo': los demás, no interesan a estos efectos. Quitémosles la importancia que no tienen.
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Este post es un complemento del artículo de mi autoría publicado hoy en el diario Huelva Información: http://www.huelvainformacion.es/article/opinion/2130045/aprendizaje.html
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