En un almuerzo de trabajo al que hace unos
años me invitaron los rotarios de Huelva, dije que el gran plan estratégico que
necesita la provincia de Huelva es la renovación de sus dirigentes a todos los
niveles. Algo ha cambiado desde entonces, aunque aún de forma claramente
insuficiente, pues más allá de las personas están sus modus operandi.
Una sociedad moderna, avanzada, debe ser
reflexiva. No siempre las cosas son como parecen a primera vista. Esto ocurre
en el turismo provincial, que plantea varios interrogantes, algunos de los
cuales quisiera compartir con usted, estimado/a lector/a. Le confieso que me ha
costado hacerlo. Decidí que quienes no escuchan otras ideas u argumentos (independientemente
de que los compartan o no), no reconocen errores, no respetan la inteligencia
de la gente,...no merecen ni un minuto más de mi tiempo. A ello se une, le
escribo con el corazón en la mano, el hastío con la politización de todo lo que
condiciona nuestras vidas, particularmente de aquello que gira alrededor de mi
campo de estudio, la economía empresarial; con quienes medran en torno a los
representantes políticos en nombre de nuestra tierra (en general contra quienes
se dedican a medrar alrededor del poder, sea donde sea). Al final me dije, como Napoleón Bonaparte:
"Lo difícil se consigue. Lo imposible se intenta". Voy a intentarlo
una vez más, y van…
Como onubense comprometido, si es posible
(aunque no lo parece), quisiera dejar, por modesto que sea, un legado en mi
tierra, y ese no puede ser otro, en mi caso, que algo ligado al conocimiento.
Nadie está en posesión de la verdad absoluta, y menos yo, pero a veces, quizás
por precipitación, nuestros dirigentes nos dejan perlas que atentan, no digo ya
contra la inteligencia, sino contra el sentido común. Permítanme, pues,
compartir algunas de estas reflexiones, en el intento de que usted mismo se forme
su opinión.
1.-Balance del mes de julio. Con los datos que
se suelen usar en estos casos, que son los de la Encuesta de Ocupación Hotelera
del INE (cuya representatividad del conjunto del sector, con ser elevada, es
cada vez menor en la medida en que hay otras formas de hacer turismo no ligadas
a la pernoctación en un establecimiento hotelero), la valoración oficialista ha
sido de gran satisfacción (quizás ya se conformen con poco, pues, en efecto,
los números son mejores a los del año pasado, al menos en cantidad; no sabemos
si en rentabilidad), y señalando como única causa la promoción que se ha hecho
de la provincia. No voy a repetir las cifras que ya se han dado, sino a aportar
otras que pongan las de nuestra provincia en su contexto, tal y como trata de reflejar
el cuadro siguiente:
Variación sobre el año
anterior (2015 sobre 2014)
|
Variable
|
Periodo
|
Huelva
|
Cádiz
|
Andalucía
|
Nº de
viajeros
|
Enero-Julio
|
-1,13%
|
+11,73%
|
+6,76%
|
Julio
|
+8,31%
|
+9,61%
|
+9,85%
|
Nº de pernoctaciones
|
Enero-Julio
|
+5,10%
|
+9,38%
|
+6,45%
|
Julio
|
+9,57%
|
+9,63%
|
+9,65%
|
Personal ocupado
|
Julio
|
+2,55%
|
+9,78%
|
+6,21%
|
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera (INE)
|
Se podría argüir que crecemos menos porque
nuestra accesibilidad es peor, pero, sin perjuicio de la importancia de la
promoción, ésta no puede ser la única razón: nos olvidamos de las olas de
cifras records que han acumulado Andalucía y España en los últimos años, de la mejoría (aunque incipiente) de la
situación económica (siendo nuestro turismo eminentemente nacional), que
nuestra capacidad de atracción en el mercado nacional no está ni mucho menos
agotada, que la estacionalidad sigue subiendo, que aún estamos lejos de los
valores que se alcanzaron años atrás, que cuando los resultados fueron
negativos la promoción no era la causante…Una vez más repito: la promoción es
necesaria, pero no suficiente; y no todo es cuestión de las infraestructuras de
transporte: hay otras variables sobre las que podemos trabajar para aumentar la
satisfacción del cliente, su gasto diario y sus días de estancia.
2.-Tema aeropuerto. A primera vista, ¿qué
onubense dirá que no a un aeropuerto, y más si es privado, es decir, que no nos
cuesta dinero? Pero, volviendo al principio, tenemos que ser reflexivos y ver
más allá de lo que aparenta. No daré mi opinión al respecto, aunque la tengo,
porque es irrelevante: no es sino la de un ciudadano más que trata de estar
informado. Lo que sí digo es que hay que poner todas las cartas encima de la
mesa y construir la casa desde los cimientos. En concreto, y tan sólo
conociendo lo que ha trascendido a través de los medios de comunicación:
-Primero deberíamos de definir entre todos los
implicados (no sólo entre una Administración y una organización empresarial) el
modelo turístico que queremos para la provincia, teniendo bien presente las
tendencias del siglo XXI -no mirando a modelos de masas de otros tiempos- y
cómo Huelva va a diferenciarse para competir en un mercado globalizado. A
partir de ahí veremos con mayor claridad si esa infraestructura, aunque sea
privada, responde al interés general, sin dejarnos encandilar por cifras de
inversión, previsiones de empleo, impacto económico…La rentabilidad no viene
necesariamente de la cantidad, sino más bien de la calidad del turismo que se
recibe y de la oferta que seamos capaces de colocar en el mercado.
-El pico de viajeros extranjeros lo alcanzamos
en 2008, con 212.176, según la referida Encuesta de Ocupación Hotelera. 2014
cerró con 157.231, el valor más bajo desde 2005. La diferencia es de un 35%.
Por tanto, y sin perjuicio de lo comentado sobre el mercado nacional, ¿se puede
incrementar con lo que tenemos el número de viajeros residentes en el
extranjero? La respuesta es obvia. ¿Nos gustaría crecer aún más? En principio sí, pero en el marco de lo
referido en el punto precedente.
-Se cita el aeropuerto de Jerez como
referencia en cuanto a volumen de pasajeros, siendo éste el necesario para
llenar las plazas hoteleras que ahora tenemos (que dicho sea de paso en verano ya
están casi llenas; nuestro grado de ocupación en julio fue de casi el 70%,
habiéndose superado sustancialmente este porcentaje en años precedentes). Pues
resulta que dicho aeropuerto es de los más deficitarios de España, con un
resultado antes de impuestos en 2014 de -8,45 millones de euros, según AENA. Y
con ocasionales cancelaciones de vuelos por falta de pasajeros que perjudican
la imagen del destino. Sin perjuicio de su importancia para la tan ansiada
desestacionalización en una provincia con más de 3.000 horas de sol al año, se
abre, pues, un gran interrogante acerca de su viabilidad con este volumen,
aunque desconocemos su diseño y optimización de recursos. ¿No será necesario un
volumen mayor, como al principio se estimaba, y por tanto un crecimiento de
nuestro parque hotelero? ¿Y qué tipología de hoteles? ¿Más del tipo todo
incluido, cuando menos socialmente insostenibles en la medida en que el cliente
no sale ni genera actividad añadida en el entorno donde la instalación hotelera
se ubica?
-Se argumenta que dicho aeropuerto, además de
los vuelos chárter de los turoperadores, se alimentará, principalmente, de las
aerolíneas de bajo coste. Pero no se dice que estas compañías sólo vienen si se
les paga, en concepto de “promoción”, una cantidad por cada pasajero que traen
(¿por qué si no, entre otras razones, los vuelos son más baratos?; ¿lo sabía?).
Estas cantidades suelen ser tabú, y es difícil de estimar porque depende de la
procedencia del viajero (cuanto más lejana es más hay que pagar) pero esos
411.000 pasajeros que se dice que nos faltan, podrían costar, en una estimación
conservadora, del orden de 4,5 millones de euros anuales, aparte de quedar
cautivos de esas aerolíneas con reiteradas presiones al alza. ¿Quién los
pagará? ¿Los inversores privados? ¿Es verosímil que no habrá dinero público en
este proyecto una vez convertido en realidad?
Podríamos entrar en otras consideraciones (localización
del aeropuerto, urbanización de los accesos y conexiones terrestres, etc.),
pero el espacio siempre es limitado. Yo no tengo la respuesta, pues me faltan
ciertas claves. No me posiciono ni en sentido positivo ni en negativo, pero sí
digo que el proceso, a mi humilde entender, tendría que ser más transparente y
participativo, dada su trascendencia.
Puede que quien lea estas líneas piense como
el maestro Miguel de Unamuno al caracterizar nuestro país: “Sobra codicia,
falta ambición”, pero me quedo con lo segundo: claro que en Huelva tenemos que
ser ambiciosos, sin complejos, pero también asumiendo nuestras propias
responsabilidades desde una toma de conciencia cabal de nuestras prioridades y
del tipo de desarrollo socioeconómico que queremos, y esto último, al menos con
relación al turismo, no se ha discutido.
P.D.: Me he ocupado de pedir opinión a
profesionales del sector y a personas reconocidas por su buen juicio al pensar
por sí mismas, y les aseguro que las opiniones están divididas; ni mucho menos
se acercan al consenso.
---
Publicado en Huelva Información, 30-8-15, p. 8.
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