Hace unos días,
el portavoz de uno de los partidos políticos emergentes en Andalucía y España,
en un foro empresarial local, retomó este manido tema y sostuvo que la
carretera que una Huelva y Cádiz de forma directa es una infraestructura
“necesaria”, aunque, no obstante, tendrá que tener “los respetos lógicos y
racionales y los estudios previos y necesarios para que no haya impacto sobre
el entorno de Doñana”. Muy propio de un político (que dicho sea de paso
flaquísimo favor está haciendo, junto con su formación, a una Andalucía estancada,
ayuna a más no poder de renovación e ideas frescas) que dice lo que el
auditorio desea escuchar pero sin decir en realidad nada: lo dicho equivale a
la nada, dada la absoluta falta de concreción.
En Abril de 1962,
el entonces gobernador civil de Huelva, Hernán Pérez Cubillas, elevó un informe
al gobierno de España titulado “Esto quiere Huelva…”, en el que, a partir de
una semblanza económica de la provincia (con sus recursos pero también con sus severas carencias), planteaba
cinco proyectos fundamentales del denominado “Plan Huelva”, el primero de los
cuales era el de “Promoción y Desarrollo de la Costa de Huelva”.
Comienza este
informe argumentando que “La provincia de Huelva, aunque potencialmente rica y
famosa por sus explotaciones mineras, tiene uno de los niveles de vida más
bajos de España” (p. 5), aseveración que sigue siendo igualmente cierta tras
más de cinco décadas.
Mucho de lo que
ya se proponía entonces aún está entre las asignaturas pendientes de hoy.
Muchas de las reivindicaciones presentes, y su justificación, siguen siendo las
mismas. Huelva continúa siendo una tierra de potencialidades, pero no tanto de
realizaciones.
Ya entonces se
planteó la “explotación turística de las playas” (p. 19) como una nueva fuente
de riqueza no industrial para la provincia, defendiéndose incluso la primacía
de este proyecto sobre el resto con base “en los efectos expansivos que para
toda la economía provincial caben razonablemente atribuir a una corriente
turística permanente y, sobre todo, al limitado costo de la puesta en marcha en
relación con la rentabilidad y beneficios que pueden conseguirse” (p. 25).
En dicho
documento puede leerse lo siguiente: “La demanda de playas y sol por el turismo
nacional e internacional, impone que entre en juego esta Costa (la última del
país que queda por ordenar y promover), que puede ofrecerse a un bajo costo de
explotación y competir airosamente con otras de la Nación en avanzado estado de
desarrollo” (p. 26). Se añade que “Los incentivos turísticos no pueden ser más
óptimos: 300 días de sol con un total de 3.000 horas al año, uno de los máximos
de la Península, que atraen un turismo permanente durante todo el año; playas
anchas, de arena fina bañadas por las mareas, bosques frondosos al lado de la
Costa; aguas dulces abundantes; ausencia de vientos molestos; y posibilidad de
construir en toda su extensión con visión directa del Océano. Además, un matiz
exótico y tranquilo le da extraordinaria personalidad y la diferencia de
cualquier otra” (p. 26).
Sólo había dos
obstáculos a superar: uno de tipo jurídico relacionado con la propiedad del
suelo (de titularidad pública) y otro la carencia casi total de comunicaciones,
que facilitaran, por un lado, un acceso rápido a la Costa desde Huelva y Sevilla
y, por otro, “la creación de un circuito turístico unitario desde el
Guadalquivir al Guadiana” (p. 26). Se pensaba que las provincias de Huelva y
Cádiz quedaran directamente unidas, no sólo por razón de interés turístico,
sino por su “gran trascendencia en otros sectores de la producción” (p. 27).
De este plan es
hija, por ejemplo, la carretera que une la aldea de El Rocío y la Playa de
Torre la Higuera, y el desarrollo del núcleo de Matalascañas siguiendo los
patrones de crecimiento y explotación costera de la época, que tuvo en el
Levante español y en la Costa del Sol sus principales exponentes.
Paradójicamente, pese a lo caduco que hoy ya resulta este modelo, caracterizado
por la masificación e intensivo, por tanto, en camas y pernoctaciones, aún encontramos
defensores del mismo, sobre todo desde capas empresariales ancladas en la
obsolescencia turística, que lo aplican allí donde pueden y les dejan.
El referido
documento anticipaba la necesidad de una carretera costera que uniese Cádiz y
Portugal: “La provincia de Huelva es la única de las españolas que carece de
carretera litoral; en otro tiempo no fue necesario, pero hoy se hace
indispensable. Para ir de Cádiz a Huelva hay que pasar previamente por Sevilla,
cuando por la costa la distancia se reduciría casi a la mitad. De esta
carretera costera, vieja aspiración de ambas provincias, hay realizados
estudios y varios proyectos” (p. 25).
Más de 50 años
después, la situación sigue siendo prácticamente la misma, dabas las
servidumbres y la asumida necesidad de preservar de impactos ambientales indeseables
una joya natural única en Europa como el espacio natural de Doñana, que une
pero que al mismo tiempo separa ambas provincias. Tras tanto tiempo y dimes y
diretes, la conexión marítima parece la única posible para articular ambas
zonas litorales con frontera natural en la desembocadura del río Guadalquivir,
dinamizando los flujos de intercambio de todo tipo, incluidos los turísticos. Tal
y como resume Flores Caballero (1992), “la unión de Huelva con Cádiz por
carretera a través del Coto de Doñana es un proyecto de 1876, proyecto que fue
nuevamente planteado en 1934 y 1943, para terminar en la década de los noventa
con dos corrientes en los planteamientos para su posible ejecución, una
conocida por la carretera norte y la otra por la carretera de la costa”. La
realidad es que esta infraestructura está en vía muerta y no hay visos de que
pueda resolverse la eterna incomunicación entre estas dos provincia vecinas
(único caso en España). La vía marítima cobra, por ello, especial importancia y
necesita ser estudiada en detalle y considerada seriamente. Es lo que
pretendemos hacer desde las universidades, si nos apoyan.
A pesar de la
riqueza que confiere a la provincia de Huelva su diversidad comarcal, de
ecosistemas, paisajes y, en definitiva, de recursos para el turismo, el
segmento de “sol y playa” ha sido (y sigue siendo aunque cada vez con más
matices) el gran protagonista, con una oferta localizada en el espacio conocido
como “Costa de la Luz”, que abarca no sólo la costa onubense, sino también la
costa atlántica de la vecina provincia de Cádiz. De hecho, en el análisis DAFO
del destino realizado por el Patronato Provincial de Turismo de Huelva en 2007,
entre sus principales oportunidades algunas se basan, precisamente, en el
aprovechamiento de ese diverso medio natural "como activo para el disfrute
y satisfacción del turista", que muestra un interés creciente por estos
aspectos. Además, entre otras, refleja la "proximidad con el Algarve
portugués, con Sevilla y Cádiz" pues "los turistas no entienden ya de
provincias sino de productos"; de ahí la intención de impulsar las
alianzas con estos núcleos turísticos cercanos. Intención que,
desafortunadamente y a la postre, no ha quedado más que en eso hasta ahora. Y
eso que cuenta con tres aeropuertos en la zona: Jerez, Sevilla y Faro.
La definición de
los destinos turísticos, con sus correspondientes entes de promoción o de
gestión (si es que estos últimos existen), está preñada de artificialidad
burocrática. Un destino turístico no lo define alguien en un despacho con un
mapa por delante. Somos tributarios de los corsés político-administrativos, sin
reparar en que esa delimitación se realiza en realidad en la mente del turista,
siendo, además, dinámica, pues suele cambiar con el tiempo. El turista puede
percibir dos comarcas de provincias diferentes como un único destino turístico:
la Costa de la Luz, por ejemplo, dadas sus similitudes geográfco-climáticas,
sin perjuicio dela rica variedad que a la vez coexiste en otros aspectos de
dicho territorio. O en una misma provincia, dada su diversidad, pueden
coexistir varios destinos turísticos, que resultaría más eficaz promocionar y
gestionar separadamente, en función de sus singularidades.
Estamos hablando
de una franja costera de unos 320 kilómetros: 200 kilómetros de playa en Cádiz
y 120 en Huelva (comprendida entre la desembocadura de los ríos Guadiana y
Guadalquivir), de extraordinario valor natural. Su situación, la más meridional
de la Península Ibérica, y su magnífico clima, la han hecho ser codiciada desde
milenios por tirios, tartesos, fenicios, griegos, romanos, visigodos o árabes.
Su oferta
turística en 2014, como puede apreciarse en los cuadros correspondientes del anexo
que se acompaña, que desglosan la parte gaditana de la onubense, suma un total
66.647 plazas hoteleras en 466 establecimientos, con 10.254 personas
ocupadas (todo ello en el pico de la temporada alta, en el mes de agosto). En
conjunto, como promedio anual, muestran tasas de ocupación en general por
encima del 50 por ciento, sin que podamos hacer abstracción de la creciente
estacionalidad de este segmento del mercado turístico, que necesita de
complementadores para fortalecerse.
Desde el punto de
vista cualitativo, este turismo de sol y playa ha visto mejorar su oferta, con
un incremento del número de banderas azules en playas y puertos durante el
período 2008-2014.
Dicho periodo ha
sido el elegido por venir a coincidir con el de la crisis que aún estamos
padeciendo. Por esta razón, la demanda actual (ver anexo) aún está lejos de las
cotas pre-crisis alcanzadas, de ahí la necesidad de apoyar su aún incipiente
recuperación, que parece será más palpable en 2015, con iniciativas
dinamizadoras como la referida conexión marítima.
La rentabilidad,
no obstante, se ha mantenido durante el quinquenio 2010-2014 (no existen datos
anteriores sobre la Costa de la Luz), al menos de los establecimientos
hoteleros de las grandes cadenas, tal y como refleja el Barómetro de Exceltur
(ver anexo).
La pelota vuelve
a estar en el tejado de los políticos gobernantes y de quienes les respaldan:
la han colocado ellos mismos. Hasta ahora no estuvieron a la altura de una
ciudadanía ya cansada de muchas promesas
pero de escasas realidades.
ANEXO
Oferta
Mes
|
Costa de la Luz-Huelva (2014)
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
9
|
10
|
11
|
12
|
Establecimientos abiertos
|
54
|
61
|
56
|
71
|
72
|
98
|
101
|
104
|
97
|
78
|
61
|
53
|
Plazas
|
6.615
|
9.483
|
14.322
|
19.268
|
23.126
|
25.745
|
26.412
|
26.607
|
26.076
|
19.967
|
9.514
|
5.034
|
Personal ocupado
|
518
|
652
|
1.213
|
1.724
|
2.178
|
2.956
|
3.779
|
3.923
|
3.297
|
2.069
|
695
|
431
|
Fuente: INE. Encuestas de ocupación hotelera.
Mes
|
Costa de la Luz-Cádiz (2014)
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
9
|
10
|
11
|
12
|
Establecimientos abiertos
|
176
|
193
|
214
|
299
|
318
|
333
|
350
|
362
|
344
|
258
|
218
|
189
|
Plazas
|
17.323
|
21.456
|
24.916
|
36.311
|
38.797
|
39.481
|
39.943
|
40.040
|
39.421
|
34.513
|
18.639
|
16.722
|
Personal ocupado
|
1.554
|
1.896
|
2.452
|
3.735
|
4.515
|
5.357
|
5.722
|
6.331
|
5.878
|
4.386
|
1.998
|
1.879
|
Fuente: INE. Encuestas de ocupación hotelera.
Grado de Ocupación
(2014)
|
Costa de la
Luz-Huelva
|
Costa de la
Luz-Cádiz
|
Por habitaciones
|
52,92%
|
53,67%
|
Por plazas
|
46,90%
|
47,58%
|
Por plazas en fin
de semana
|
54,23%
|
54,30%
|
Fuente: INE. Encuestas de ocupación hotelera.
Nº de playas con bandera azul: Costa de la Luz
AÑO
|
2008
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
Huelva
|
5
|
10
|
8
|
7
|
8
|
8
|
6
|
Cádiz
|
15
|
21
|
24
|
20
|
21
|
26
|
27
|
Fuente: elaboración propia
con datos de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC).
Nº de puertos con bandera azul: Costa de la Luz
AÑO
|
2008
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
Huelva
|
3
|
4
|
5
|
5
|
5
|
6
|
6
|
Cádiz
|
2
|
3
|
3
|
3
|
4
|
5
|
5
|
Fuente: elaboración propia
con datos de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC).
Demanda
Costa de la Luz-Huelva
|
Establecimientos
|
Concepto
|
2008
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
Hoteles
|
Viajeros
|
904.123
|
879.701
|
884.228
|
871.436
|
768.973
|
804.123
|
771.538
|
Pernoctaciones
|
3.295.630
|
3.309.723
|
3.485.049
|
3.474.075
|
3.021.359
|
3.140.398
|
3.174.854
|
Estancia Media
|
3,65
|
3,76
|
3,94
|
3,99
|
3,93
|
3,91
|
4,11
|
Campings
|
Viajeros
|
162.546
|
141.911
|
133.769
|
118.614
|
98.030
|
111.202
|
119.296
|
Pernoctaciones
|
747.813
|
767.574
|
721.977
|
561.488
|
534.298
|
483.232
|
935.288
|
Estancia Media
|
4,60
|
5,41
|
5,40
|
4,73
|
5,45
|
4,35
|
7,84
|
Fuente: INE. Encuestas de ocupación hotelera y de ocupación en campings.
Costa de la Luz-Cádiz
|
Establecimientos
|
Concepto
|
2008
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
Hoteles
|
Viajeros
|
2.027.523
|
1.888.841
|
1.755.595
|
1.712.579
|
1.619.729
|
1.685.144
|
1.660.322
|
Pernoctaciones
|
5.929.610
|
5.698.393
|
5.458.698
|
5.587.333
|
5.256.000
|
5.402.922
|
5.475.257
|
Estancia Media
|
2,92
|
3,02
|
3,11
|
3,26
|
3,24
|
3,21
|
3,30
|
Campings
|
Viajeros
|
226.149
|
243.154
|
218.119
|
219.430
|
207.416
|
195.166
|
230.750
|
Pernoctaciones
|
780.731
|
791.512
|
728.083
|
811.769
|
767.014
|
717.063
|
805.885
|
Estancia Media
|
3,45
|
3,26
|
3,34
|
3,70
|
3,70
|
3,67
|
3,49
|
Fuente: INE. Encuestas de ocupación hotelera y de ocupación en campings.
Rentabilidad
AÑO
|
Costa de la Luz-Huelva
|
Costa de la Luz-Cádiz
|
ADR (€)
|
Ocupación (%)
|
RevPAR (€)
|
ADR (€)
|
Ocupación (%)
|
RevPAR (€)
|
2010
|
73,5
|
53,3
|
39,1
|
88,5
|
53,1
|
46,9
|
2011
|
81,1
|
51,9
|
42,0
|
87,4
|
53,8
|
46,9
|
2012
|
82,0
|
50,3
|
41,2
|
86,5
|
52,0
|
44,8
|
2013
|
71,2
|
51,3
|
36,4
|
85,8
|
52,6
|
45,0
|
2014
|
76,7
|
53,2
|
40,6
|
89,5
|
53,5
|
47,8
|
-ADR: Average Daily Rate o Tarifa Media Diaria,
€).
-RevPAR: Revenue per Avaliable Room o Ingresos por Habitación Disponible, €).
Fuente: Exceltur. Barómetro de la Rentabilidad y
el Empleo de los Destinos Turísticos Españoles.
---
Post seleccionado como destacado por Hosteltur.
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