¿Qué nos venden los partidos? Elecciones Generales 2015 y turismo
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Texto completo de la entrevista realizada
Inversión
Para el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE) lo más urgente en materia de turismo es recuperar las inversiones para
este de estratégico sector, y volver a las cifras anteriores al Gobierno del
Partido Popular (PP). El PSOE asegura que en los últimos años de gobierno
popular el turismo ha perdido 1.300 millones de euros de inversión, lo que
representa un recorte del 57%.
Según manifiesta Sebastián Franquis, portavoz
socialista en Turismo, la reducción de inversión “no es aceptable para la que es
primera actividad económica del país”. Y añade que “en 2015 sólo el 0,8% de las
inversiones públicas totales han ido destinadas al turismo”.
Para el PSOE, según señala Franquis las líneas
fundamentales de sus propuestas en materia turística son la inversión en
destinos maduros “para evitar su obsolescencia”, el aumento de inversión en
promoción y “la necesaria coordinación” tanto entre las diversas
administraciones locales, autonómicas y nacional, como entre los sectores
público y privado “para acometer las iniciativas con eficacia”.
Mi opinión
Se olvida la inversión más importante, que es
el esfuerzo en I+D+I y en formación. Probablemente ahí esté el “gap” más severo cara al futuro. El turismo es
cada vez más una actividad intensiva en conocimiento, en inteligencia
competitiva, en soluciones tecnológicas que añadan valor en cada fase de la
experiencia turística. Falta estimular empresas de base tecnológica que
apliquen sus soluciones en los destinos y las empresas de servicios turísticos.
Al mismo tiempo, necesitamos elevar los niveles de profesionalización, porque
nuestra capacidad de competir no puede estar en los costes bajos, sino en la
diferenciación.
Coordinación
Por otro lado, el PSOE, de llegar al Gobierno,
se propone reactivar programas como el Plan Nacional e Integral de Turismo,
“que estaba destinado al periodo 2012-15,
pero que el PP no ha desarrollado en estos años, y que estaban
destinados a desarrollar iniciativas tanto en destinos maduros como emergentes”.
Para el PSOE otro de los problemas que tiene
el actual Gobierno del PP en materia turística es “la falta de liderazgo, que
impide la correcta coordinación entre las diferentes Administraciones. Nosotros
nos proponemos ir todos en la misma dirección en la inversión de recursos. Algo
que no ha ocurrido en los últimos años, con enfrentamiento entre
Administraciones”.
Mi opinión
Eso es fácil de decir pero difícil de hacer
dada la estructura descentralizada del Estado español, y máxime en un escenario
político en el que el reparto del poder va a estar más fragmentado. La solución
no viene tanto desde arriba como desde abajo, es decir, por cambiar los modelos
de gobernanza en los destinos, a la par
que redefinir qué se entiende por destino turístico, que no tiene por qué estar
constreñido a límites administrativos (provinciales, por ejemplo): en la mente
del turista (que es lo relevante) un destino puede estar conformado por dos
comarcas de provincias diferentes; o en una misma provincia, dada su
extensión y/o diversidad, pudiera existir más de un destino.
Es preciso pasar de entes que promocionan el
destino a entes gestores de los mismos. De la promoción a la gestión integral
del destino hay un salto grande, que incluye la coordinación entre las diversas
administraciones y entre los agentes públicos y privados (que no sólo las
empresas; también hemos de dar participación a otros grupos de interés, como
las propias comunidades locales receptoras de los flujos turísticos).
Calidad
y empleo
En cuanto a los niveles de calidad en los
destinos, Franquis incide en la actual situación del empleo y considera que la
reforma laboral del Gobierno ha deteriorado las condiciones de los trabajadores
del sector, incidiendo negativamente en la calidad del servicio.
Mi opinión
El principal problema no está en la reforma
laboral, sino en la estacionalidad de la actividad turística y en los estilos
de dirección en las empresas; si a eso se une una escasa rentabilidad, la
resultante es la reducción de costes, la precariedad en el empleo, la
inexistencia de una carrera profesional, la insatisfacción de quienes allí
trabajan y un empobrecimiento de la calidad en el servicio.
La clave está en reducir la estacionalidad y
en que los empresarios asuman que la capacidad de sus organizaciones para
prestar un servicio excelente, satisfacer a sus clientes y mantener unos
niveles de rentabilidad aceptables a medio/largo plazo está en las personas: en
su formación y en su motivación para desarrollar el trabajo. ¿Cómo plantear todo esto, incluido unas
expectativas de promoción y carrera profesional, en establecimientos que sólo
están abiertos 4-5 meses al año?
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