Bienvenida

¡GRACIAS POR SU INTERÉS!

Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

jueves, 24 de febrero de 2022

ALGUNOS INDICADORES DEL TURISMO EN LA PROVINCIA DE HUELVA: ENERO 2022

(Sin comentarios, para que cada quien se forme su propia opinión exclusivamente con base  en los datos,  presentados con cierta perspectiva temporal)

Fuente: Elaboración propia con datos del Instituto Nacional de Estadística

(p = provisional)

 OCUPACIÓN HOTELERA





OCUPACIÓN DE ALOJAMIENTOS DE TURISMO RURAL



Nota: Los meses anteriores también pueden consultarse en este blog.  

Diciembre 2021: 

https://alfonsovargassanchez.blogspot.com/2022/01/algunos-indicadores-del-turismo-en-la.html


(Post nº 404 en este blog)

jueves, 17 de febrero de 2022

SOBRE EL PRETENDIDO PACTO Y MESA DEL TURISMO EN LA PROVINCIA DE HUELVA

Quien suscribe no es más que un estudioso del turismo y un ciudadano común que no tiene más información que la que puede leer en los medios y que, además, está al final de su carrera profesional, que pronto pasará página, y sin aspiración alguna, más allá de contribuir desde esa condición, aunque sea modestísimamente, a que la tierra que le vio nacer prospere.

A estas alturas, nadie nos tiene que convencer de lo obvio: el sector turístico en la provincia de Huelva tiene muchos recursos y potencialidades, como otros territorios. La gran diferencia entre unos y otros, más aún que los mimbres con los que han de hacerse los cestos, está en la definición de un proyecto colectivo (o modelo de desarrollo) respaldado por el mayor consenso posible, y en un liderazgo que aglutine voluntades. Saber qué se quiere y definir las líneas maestras para ir avanzando hacia donde se quiere llegar. Aunque hayamos sido bendecidos con muchos recursos, sobre todo naturales, hay que hacer las cosas bien para que, siendo capaces de preservarlos, den sus frutos para el mejor vivir de quienes residen aquí. Hace mucho, demasiado, que esperamos que las  potencialidades se conviertan en realidades.

En cualquier destino turístico esta tarea es compleja, porque son muchos los agentes implicados (privados y públicos), con intereses diversos, cada uno de ellos con su propia capacidad para tomar decisiones y, además, cada vez más interconectados e interdependientes. Aunque no sin dificultades (que siempre las habrá), pero con mucha apertura de mente y flexibilidad para ir aprendiendo y adaptándose a realidades cambiantes, hay casos en el mundo donde se ha conseguido dar el salto del marketing a la gestión (que incluye el primero), avanzando en eso que se llama la gobernanza de los destinos, que en el fondo tiene que ver con quienes tienen que tener voz y voto en ese proceso de co-crear el destino. Cómo se reparten los esfuerzos (sobre todo económicos) y el poder en la toma de decisiones: Administraciones públicas, organizaciones empresariales, comunidades receptoras de los flujos turísticos…

En todo caso, tener un buen diagnóstico es clave, y adquirir compromisos también, rindiendo cuentas de su cumplimiento. El primero para acertar al pasar a la acción y el segundo para que el referido liderazgo tenga credibilidad.

Diría que el diagnóstico de los principales problemas que constriñen el desarrollo del turismo provincial es conocido: no será por falta de planes ni porque esos problemas sean nuevos. Tampoco nos afectan exclusivamente a nosotros, aunque tengamos nuestras singularidades. No se trata en este post de incidir sobre ellos (accesibilidad, estacionalidad, gasto medio diario…). Precisamente por estar muy manidos, sabemos que no son fáciles de resolver (todos lo intentan pero pocos lo consiguen), pero hay que seguir poniéndoles la proa. Una completa recopilación de datos para que cada quien se forme su juicio se puede encontrar en el CUADRO DE MANDO DE LA PROVINCIA DE HUELVA COMO DESTINO TURÍSTICO, de libre acceso y que puede consultarse en: 

https://app.powerbi.com/view?r=eyJrIjoiNjI0MGIwOWItM2E4Mi00YjgzLTk1MTMtYWMzMjc0NDY5OTU3IiwidCI6IjgwN2Y1ZjdlLWUxYTItNDU1OC1iMjEwLTJmOWU2MDVmZjVlMiIsImMiOjl9&pageName=ReportSection

En esta ocasión me limitaré a los datos publicados hace muy poco por el Junta de Andalucía en su Encuesta de Coyuntura Turística. La fotografía de cómo nos perciben los turistas que nos visitaron en 2021 se resume en la siguiente tabla:

Podemos echar balones fuera arguyendo que 2021 fue un año especial por la pandemia (que claro que lo fue, pero para todos) o que no estamos seguros de la fiabilidad de estos datos (pero son los oficiales y los que hay), pero son tan contundentes que merecen un análisis, que aquí necesariamente ha de ser somero, pero que en esa Mesa del Turismo debería ser objeto de un profundo y constructivo debate que diera lugar a compromisos concretos: la política del avestruz y la autocomplacencia no hacen posible la mejora. No tenemos más que compararnos con el resto de territorios de nuestra Comunidad Autónoma: salimos tan mal parados en casi todo, con cualquiera de ellos, que no es posible que seamos indiferentes.

El resumen lo encontramos en el “índice síntético de percepción” (última fila), lejos de la media andaluza (el peor registro en términos relativos desde que esta Encuesta existe, con la serie completa de 24 años que puede verse en el gráfico siguiente) y sensiblemente por debajo de los niveles alcanzados por todas y cada una de las provincias andaluzas. Estamos a la cola y con diferencia. Salvo en una ocasión, nunca hemos estado por encima (en un año aún más especial como 2020, sin embargo, igualamos la media), pero el batacazo de 2021 es demoledor. Con sus picos y sus valles, el problema es claramente estructural.


Sin embargo, si observamos los diferentes aspectos que califican los turistas, cabe, complementariamente, otra lectura: las empresas están haciendo su trabajo bastante bien, particularmente en el subsector de alojamiento, el único ítem de esa lista en el que estamos por encima de la media regional, además siendo la primera de las provincias andaluzas. Y en otros aspectos, como restauración, atención y trato, relación precio/servicio no estamos tan lejos. Nuestros paisajes y parques naturales siguen, como habitualmente, en una buena línea, lo que conecta con el ecoturismo y la buena labor que se está haciendo en este segmento. Por el contrario, en los transportes e infraestructuras públicas de diverso tipo es donde se manifiestan las principales carencias: por tanto, no parece que las Administraciones públicas, en sus diferentes niveles, estén haciendo bien sus deberes (hasta las playas, en términos relativos, flaquean).

A una semana de la anunciada firma del documento que da origen a este post, cabe suponer, en buena lógica, que su contenido habrá sido objeto de negociación y consenso entre las partes firmantes y, al mismo tiempo, sería de desear que recogiera algunos compromisos concretos a partir de elementos como los aportados más arriba.

En esta nueva etapa de la corporación provincial, la adhesión de Huelva a la red de Destinos Turísticos Inteligentes (DTIs) que, desde hace ya bastantes años, promueve la Secretaría de Estado de Turismo del Gobierno de España y SEGITTUR (la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas), es una buena noticia (ojalá hubiera tenido lugar antes). Aunque desconozco el detalle de sus resultados, el diagnóstico realizado es un primer paso para aplicar una metodología que pivota sobre cinco ejes: gobernanza, innovación, tecnología, accesibilidad universal y sostenibilidad. Será un proceso largo hasta alcanzar el estándar que se requiere para adquirir el marchamo de DTI (hasta ahora sólo hay cinco destinos en España que lo tienen). Entiendo que lo que se propondrá irá en esta dirección, positiva sin duda, si bien ya no son tiempos de más palabras grandilocuentes para la galería mediática, sino de compromisos y hechos concretos. Humildemente, en el lugar de quienes están promoviendo ese documento, un servidor llevaría un pan bajo el brazo, no sólo un bonito texto con una declaración de buenas intenciones (más presupuesto y una co-gestión plural, por ejemplo; ya no digo nada, hablando de inteligencia competitiva, del observatorio que nunca existió, que incluso dio subtítulo a un libro que escribí en 2013...y seguimos igual).

(Post nº 403 en este blog)

miércoles, 16 de febrero de 2022

ENTREVISTA PARA 'EL CASTOR'

Concretamente para el programa 'Altavoz-Turismo' de este canal de viajes mexicano, conducido por el periodista Edgar Morales y emitido el jueves y el domingo de la semana pasada. Se reproducen seguidamente las preguntas formuladas y mis respuestas.

1.- ¿Por qué en esta etapa inter-pandémica los destinos deben saber gestionar la carestía?

El precio es siempre una variable estratégica a tener presente, si bien en esta etapa debe considerarse con especial cuidado a tenor de sus peculiaridades. 

Por un lado, es un tiempo de recuperación de la confianza en los viajes y, aunque es cierto que existe una demanda embalsada muy importante que ha estado contenida durante la pandemia, el precio es una variable esencial para poder estimularla y recuperar los niveles previos al desastre sanitario que aún estamos sufriendo. 

Por otro lado, la crisis sanitaria ha llevado pareja una crisis económica global que ha hecho que la capacidad de gasto de muchos turistas potenciales se haya visto mermada, de ahí que la sensibilidad al precio sea mayor en amplios segmentos de la población. 

En suma, el deseo de viajar debe ponderarse en función de la disponibilidad económica para hacerlo. 

2.- ¿En qué consiste la gestión de la carestía y cuáles serían los puntos más importantes de esta estrategia?

Debe tenerse en cuenta que este factor de la carestía tendrá una incidencia diferente según el posicionamiento estratégico de cada destino turístico, es decir, del tipo de cliente al que sus empresas se orientan y del tipo de producto que ofrecen. Como consideración general, diría que el mercado se ha vuelto más dual, polarizado entre un turismo de lujo, donde el factor carestía es menos relevante, y un perfil “low-cost” en el que el precio es la variable más determinante en la decisión de compra. Como consecuencia, el segmento que se encuentra entre ambos se ha achicado.

Esta pandemia puede representar un antes y un después para muchos destinos. Las crisis siempre abren ventanas de oportunidad para repensar el modelo de desarrollo turístico y dar una mejor respuesta a desafíos de enorme calado como los de la sostenibilidad (ambiental y social) y la digitalización (es decir, la revolución tecnológica en marcha). Y para ello se necesita que el desbordamiento que se producirá a corto plazo con la eliminación de las restricciones a la movilidad y el fin de la pandemia no nos impida proyectar una visión a largo plazo para el destino, de la que la gestión de la carestía formará parte. La gran cuestión estratégica es si vamos a competir en precio y volumen, o si el destino va a buscar diferenciarse con una propuesta de valor única. O sea, si seguiremos básicamente igual que antes de la pandemia o nos esforzaremos por evolucionar y cambiar.

3.- ¿Qué plan sugiere para acercar e incluir a los residentes en el tema turístico?

El punto de partida es no olvidar que la implicación de las comunidades de acogida en la definición y ejecución de los planes de desarrollo turístico es esencial para avanzar hacia modelos socialmente sostenibles. A mi juicio, la pandemia ha hecho más evidente aún la necesidad de articular una gran alianza con la sociedad, en un sentido amplio, para impulsar la recuperación sobre bases más sólidas: además de ciudadanos y votantes, los residentes son parte indisociable de la experiencia turística, pueden ser los mejores embajadores del destino e incluso, como hemos visto durante este tiempo tan dramático, clientes de las empresas del sector. El foco no debe estar en el simple aumento del número de turistas y pernoctaciones, sino en mejorar la calidad de vida de quienes residen en el destino, generando turismofilia, no turismofobia. 

El plan, por tanto, giraría en torno a dos grandes ejes: una nueva métrica del éxito en la línea antes apuntada, más cualitativa que cuantitativa, y modelos de gobernanza que vayan más allá de los tradicionales partenariados entre Administraciones públicas y organizaciones empresariales (o modelo de las 3 Ps, es decir, lo que se conoce como public-private partnership) e incluyan en la toma de decisiones a las comunidades locales (o modelo de las 4 Ps, esto es, public-private-people partnership). El turismo no se hace para la gente que habita en un determinado lugar, sino con ellos. Esta sería la síntesis: no pueden correr la 'suerte' de ser como un eslabón perdido, que queda marginado o en un plano muy secundario.

4.- ¿Conoce algún caso de éxito donde se haya incluido de la mejor manera a los locales en el tema turístico?

Existen experiencias de “community-based tourism” muy interesantes en lugares donde las comunidades indígenas se han auto-organizado para compartir su cultura y modos de vida con los turistas. Son manifestaciones de la interacción entre ambas partes que nos acercan a la idea de un turismo más responsable.

Aparte de estos casos, me gustaría destacar que la metodología de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes que promueve la Secretaría de Estado de Turismo del Gobierno de España y SEGITTUR (la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas) incluye modelos de gobernanza participativos en los que las comunidades receptoras han de ser parte activa. A este respecto, cabe señalar los casos de Cozumel y Tequila, en México, como miembros de dicha Red.

5.- ¿Existe alguna alternativa para que la Academia trabaje de manera más estrecha con las organizaciones público-privadas?

Como en cualquier “matrimonio” es cosa de dos, pero por la parte que me toca, y pese a que haya podido haber avances, creo que desde la Academia es preciso repensar la orientación que se da a la labor investigadora que se realiza y también dar más importancia a la transferencia de los resultados de la investigación a las empresas, las Administraciones públicas y la sociedad en general. Las publicaciones científicas no llegan a los agentes públicos y privados del sector, y si lo hacen el lenguaje no es el adecuado. Considero que desde las universidades tenemos que hacer un esfuerzo mayor para aproximarnos a las necesidades de esos agentes y para hacer pedagogía con fórmulas que permitan una comunicación más efectiva. También en este caso, trabajar con ellos, no para ellos, es clave, a través de iniciativas colaborativas.



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Puede encontrarse una nota en la web de 'El Castor Viajes': https://elcastorviajes.com/academicos-del-turismo-les-urge-transformarse/

El video completo está disponible en mi canal de Youtube.

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(Post nº 402 en este blog)


martes, 8 de febrero de 2022

TOWARDS A TOURISM INDUSTRY TURNAROUND: THE NEED FOR A NEW METRIC OF SOCIAL SUCCESS

This is the title of one of my last papers, published and accessible at: 

https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/WHATT-10-2021-0135/full/html

In this article, I present and explain the need for a tourism industry turnaround combining changes in its governance and in its social success metric. Although the debate was ongoing before the pandemic with the sustainability approach as the main reference, the crisis caused by the SARS-CoV-2 virus has multiplied and amplified the voices calling for a change in order to counteract the inertia of a return to the pre-pandemic “business-as-usual” scenario. A review has led to a proposal that combines a tourism governance framework and its principles, with a conceptualization of social success and guidelines for building a metric for its measurement. This resides mainly in a transition from a public-private partnerships (3Ps) model to a new scheme of public-private-people partnership (4Ps). The P for “people” represents the need for an alliance with society to contribute to the recovery and transformation that the tourism industry is currently experiencing. In this process, local communities should be empowered to play an active role in it. In the proposal elaborated, host communities are the focus of its conceptual architecture. To date, analysis of the application of the 4Ps model to tourism is almost unexplored, despite the significant practical implications of a power re-balancing in decisions related to tourism planning and development. In addition, a social success-driven metric supported at the institutional level will contribute to redefining priorities in tourism destinations’/companies’ strategies.

In short, the need for tourism industry turnaround combining changes in its governance and in its social success metric is clear. This should be based on a transition from a public-private partnership (3Ps) model to a new scheme of public-private-people partnership (4Ps) where local communities should be empowered to play an active role in it.



(Post nº 401 in this blog)