Reproduzco seguidamente el texto que, como académico de número de la Academia Andaluza de Ciencia Regional, remití como contribución al acto, celebrado hoy, de presentación de la revista "ALTERNATIVAS ECONÓMICAS" en la sede de la referida Academia.
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Con mucho gusto recojo la
invitación del Presidente de la Academia Andaluza de Ciencia Regional a
contribuir, con una breve nota, en este acto de presentación de la Revista “Alternativas
Económicas”.
Las revistas, como la que
hoy nos convoca, son medios para dar a conocer, de una manera u otra (luego me
referiré a ello), los resultados de la investigación científica.
Mi vida como investigador
universitario dentro del campo de la economía empresarial, que ya se alarga 37
años, ha tenido dos grandes etapas, con duraciones parecidas, casi mitad-mitad:
la primera se centró en la empresa cooperativa, como manifestación de la
llamada Economía Social o Tercer Sector, ese que pretende llenar el hueco que
ni el sector privado ni el público logran cubrir; la segunda (en la que aún
persevero con una preocupación creciente por sus implicaciones sociales) ha
sido el turismo, en su doble vertiente de empresas y destinos. Las necesidades
de las instituciones en las que prestamos nuestros servicios, las
circunstancias en general, vienen a marcar estos cambios de rumbo, aunque en mi
caso esa primera etapa nunca se cerró del todo, pues quedó abierta, aunque
fuera en un segundo plano, a otras manifestaciones de las empresas de
participación (no solamente las sociedades cooperativas del sector
agroalimentario, en las que me había enfocado).
No es de extrañar, por
tanto, que una revista que se gestiona a través de la figura societaria de una
cooperativa de trabajo asociado y que tiene a la Economía Social como uno de
sus temas centrales despierte mi interés y simpatía.
No obstante, la cuestión
no está en las simpatías o no, en la proximidad a las temáticas que se abordan
o no y a su línea editorial, sino en la legitimidad que aporta la pluralidad, la
independencia y la reflexión e incluso crítica constructiva, así como en algo
muy importante que siempre eché en falta, y en lo que, en general, las
universidades españolas, a mi juicio, han avanzado poco (a esto me refería antes
cuando aludí a las maneras de comunicar lo que investigamos): la capacidad de
hacer transferencia de los resultados de la investigación científica de forma
que los mismos puedan llegar a los agentes sociales y al ciudadano común de
forma comprensible y potencialmente útil para ellos. Se trata, en suma, de
generar un retorno social, del que a menudo estamos huérfanos: he aquí un nicho
de mercado a nivel de la ciencia económica, que tanto afecta a nuestras vidas
cotidianas, sin excepciones. El retorno académico, por sí sólo, no es
suficiente. Y es aquí donde estimo que “Alternativas Económicas”, que pronto
cumplirá diez años, está y seguirá haciendo una contribución relevante,
soportada en los pilares antedichos y haciendo un esfuerzo por aplicar un
lenguaje, una pedagogía, compatible con el rigor de sus publicaciones.
Gracias, pues, por esta
oportunidad. Como me enseñaron mis maestros, en economía, como en otros órdenes
de la vida, los valores están ahí no para imponerlos, sino para que cada quien
los elija libremente; eso sí, desde la información contrastada y huyendo del
pensamiento único. Reciban mis felicitaciones y mis mejores deseos cara al
tiempo tan fascinante como desafiante que la humanidad habrá de encarar en los
próximos años: serán, inexorablemente, tiempos de cambios profundos, donde los
medios reflexivos y críticos jugarán un papel de relieve.
(Post nº 438 en este blog)
Di con esta web https://formacioprofessional.es/proves-lliures-grau-superior-6 y creo que durante el curso, los estudiantes deben asistir a clases de teoría y práctica, ¿Es esto cierto?
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