Reproduzco seguidamente el texto completo de la entrevista que me fue realizada el pasado miércoles, 29 de abril, y que tiene reflejo en el artículo publicado hoy en el citado diario (disponible
aquí), a cuya autora agradezco que haya contado conmigo.
Esta fue la secuencia de preguntas y respuestas:
¿Qué tipo de turismo habrá, dada la situación,
este verano? Principales cambios en el perfil del turista, el destino, la forma
de viajar...
El tipo de
turismo será principalmente de proximidad, regional y nacional. Será un verano
con una demanda limitada, sin turismo internacional, sólo doméstico.
El turista va a
privilegiar en sus decisiones la seguridad sanitaria, evitará las
aglomeraciones del turismo de masas. Por otra parte, la demanda también estará condicionada por la recesión
económica y la incertidumbre, por lo que, en general, la sensibilidad al precio
será alta. De todas formas el mercado turístico es muy heterogéneo y no todos
los segmentos turísticos se comportan igual, especialmente los de mayor poder
adquisitivo.
En cuanto al
destino, lo principal en este momento es que haga muy bien sus deberes para
transmitir confianza. Los certificados “covid-free”, “sanitized venue” o similares
(preferiblemente reconocidos y reconocibles a escala nacional y con el respaldo europeo) serán condición
indispensable. A partir de ahí podremos empezar a hablar de promoción,
comunicando lo que podemos ofrecer, empezando por esa confianza en las condiciones
higiénico-sanitarias de todos los
establecimientos.
Finalmente, en
cuanto a la forma de viajar, se evitarán en la mayor medida posible los
desplazamientos en transportes públicos. El desplazamiento en vehículo propio
será predominante, lo que reforzará el turismo de proximidad.
¿Qué va a suponer para el sector turístico
onubense la crisis del coronavirus?
Dentro del drama
general que esta situación representa para el sector turístico nacional y
regional, la provincia de Huelva se encuentra en una situación relativamente
mejor, por varias razones: su dependencia del turismo internacional es menor (24%
de los viajeros y 32% de las pernoctaciones en hoteles, con datos del año
pasado); sus mercados emisores son, principalmente, Andalucía (que representa más
de la mitad de los viajeros nacionales), Madrid y Extremadura, que responden al
concepto de turismo de proximidad; el grado de fidelidad al destino es alto; la
arquitectura de la marca HUELVA LA LUZ se diseñó sobre el concepto de destino
no masificado, en el que la naturaleza, los paisajes, las actividades al aire
libre y la salud eran elementos nucleares; y además, la datos oficiales sobre
la pandemia muestran un grado de afectación bajo en términos relativos. Todo
esto, en un discurso bien armado, debe jugar a favor de la provincia de Huelva,
especialmente de su turismo rural y de interior. Puede ayudar a sobrevivir a
esa “España vaciada” que también existe en nuestra provincia.
¿Qué actitud piensa que va a tener el turista en
esta desescalada?
Una actitud de
prudencia, como la que debe tener el sector en su conjunto. La aparición de
rebrotes de contagios sería muy perjudicial. Una marcha atrás, con vuelta al
confinamiento estricto y al cierre de establecimientos, sería terrible. Después
de tantos días de encierro y distanciamiento es evidente que hay muchas ganas
de salir y de volver a disfrutar del turismo, pero la cautela (si no el miedo)
marcará, en general, el comportamiento, particularmente cuando se sale del
espacio de residencia habitual. Hasta que no haya una vacuna que nos proteja
contra el covid-19 estaremos abocados a esta actitud de distanciamiento
prudente, porque es la única manera que tenemos de protegernos.
Desde el sector hotelero, hoy aseguran que el
verano ya está perdido. A pesar de las grandes pérdidas, la gente seguirá
demandando (aunque entiendo en menor medida) vacaciones de verano, ¿Qué buscará
ahora el turista?
Si todos hacemos
lo que se debe hacer en esta situación tan extraordinaria, las autoridades
públicas (con normas claras, consensuadas y con el respaldo de los
científicos), las empresas (que tienen que ser apoyadas para preservar al
máximo posible nuestro tejido productivo y el empleo) y los ciudadanos
(actuando con responsabilidad y disciplina), no creo que el verano esté perdido
del todo, aunque claramente será atípico y con una demanda constreñida, por lo
que la oferta debería acompasarse a esa demanda.
En este tiempo,
el turismo necesita construir un nuevo discurso, que podría ser en torno al
concepto de un turismo regenerativo. Tras esta traumática experiencia de
confinamiento y distanciamiento físico, necesitamos regenerar nuestro cuerpo y
nuestra alma, y ahí el turismo puede desempeñar un papel muy importante.
(Post nº 317 de este blog)
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