Bienvenida

¡GRACIAS POR SU INTERÉS!

Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

jueves, 9 de mayo de 2019

EJEMPLO DE LA NECESIDAD DE UN ENTE GESTOR DEL DESTINO

Esta misma semana se han conocido las banderas azules que concede la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC). En lo que a las playas se refiere, los criterios utilizados (conocidos al detalle, no cabe otra hipótesis, por quienes se presentan) pueden consultarse en la siguiente página: http://www.banderaazul.org/criterios-playas

El resultado de la aplicación de los mismos ha sido que, para este año 2019, la provincia de Huelva sólo ha conseguido tres insignias de este tipo, que se han convertido en un referente de calidad (especialmente ambiental). Doce playas (en siete municipios) presentaron su candidatura, pero sólo tres (en cuatro municipios) han conseguido la ansiada bandera. Concretamente: en Moguer, Playa del Parador (Castilla); en Cartaya, Playa de San Miguel; y en Isla Cristina/Lepe, Playa de Islantilla. Hicieron bien su trabajo.

Siendo un recurso tan sensible para el turismo en el litoral onubense, en puertas de la temporada alta y en puertas más aún de unas elecciones municipales, la noticia ha caído como una bomba, desatándose todo tipo de comentarios acerca de las razones del fracaso del 75% de las playas candidatas (criterios incumplidos, que someramente han ido conociéndose) y de las responsabilidades políticas que pudiera haber (con el habitual victimismo y echar balones fuera, culpándose unos a otros).

Poniendo este asunto en perspectiva, la tabla siguiente resume la evolución del número de banderas azules atribuidas a las playas onubenses en los últimos doce años.

Año
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
5
10
8
7
8
8
6
6
3 (*)
8
11
3
(*) En Almonte, Matalascañas (Torrelahiguera). En Moguer, El Parador (Castilla). En Isla Cristina/Lepe, Islantilla. Fuente: elaboración propia con datos de ADEAC.

Como puede observarse, este escuálido registro de tan sólo tres banderas azules en el litoral onubense no es nuevo: ya ocurrió en 2016. No obstante, la situación que acontece ahora se agrava porque la caída es mucho mayor respecto al año anterior (se ha pasado súbitamente del pico al valle) y porque de las 25 banderas azules que se han perdido en toda España, 8 nos corresponden, es decir, un tercio del total, lo que nos deja en muy mal lugar. Y esto, repito, en un contexto de elecciones municipales inminentes.

Más allá de lo lamentable de esta situación, que erosiona la imagen de la provincia de Huelva como destino turístico y, como consecuencia, daña los intereses económicos de sus empresas y de las comunidades locales en las que el turismo de sol y playa es un pilar fundamental de su supervivencia, mirando hacia el futuro y tratando de sacar alguna lección positiva de este varapalo, una vez más me reafirmo en lo que desde hace años vengo defendiendo, cuan predicador en un desierto: la necesidad de un ente gestor del destino.

Desde que se conoció la noticia el pasado martes, hemos sabido a través de los medios de comunicación de la iniciativa de convocar a las administraciones públicas a sus distintos niveles, local (Ayuntamientos afectados), provincial (Diputación), autonómico (Junta de Andalucía, a través de sus Consejerías con alguna competencia en la materia) y estatal (el departamento de Costas), para analizar esta problemática en profundidad y articular soluciones correctoras. Dadas las circunstancias, parece una acción lógica, pero es a posteriori, o sea, reactiva. Si queremos evitar que esto vuelva a ocurrir, esta estructura de coordinación, a la que se podrían sumar otros agentes, particularmente privados, debe quedar establecida para que pueda realizar un trabajo preventivo, anticipatorio, planificado, es decir, proactivo, no meramente reactivo; a priori, no a posteriori cuando el daño ya está hecho. Si esta coordinación hubiera estado prevista y ocurriera de forma sistemática, quizás la debacle se hubiera podido mitigar o impedir. Este es el sentido del llamado ente gestor: en la decepción de este año con las banderas azules tenemos un buen ejemplo de su imperiosa necesidad.

El turismo hay que gestionarlo, en el más amplio sentido del término, no sólo promocionarlo. La promoción sin gestión nos aboca al fracaso. Mientras que la promoción genera expectativas, usualmente elevadas, la gestión es la encargada de que lo que ofrecemos cumpla con esas expectativas (al menos). La promoción se volverá en nuestra contra, como un boomerang, si no conseguimos gestionar el destino de forma que quienes nos visitan encuentren el paraíso que se les vendió: crearía insatisfacción, que es el peor de los resultados.

Lo ocurrido con las banderas azules es un problema de gestión, como el de la regeneración de las playas como consecuencia de los temporales, el control de los mosquitos, la saturación de los servicios públicos en temporada alta, el modelo urbanístico que se aplica, etc. Y la gestión depende de nosotros, esto es, de nuestros gestores y de su capacidad para organizarse, planificar y ejecutar proyectos. No hay ningún enemigo exterior.

Nótese que para que una ruta del vino sea certificada y pase a formar parte de las rutas del vino de España se necesita un ente gestor de la misma (pregúntense qué pasa con la ruta del vino del Condado de Huelva: https://www.wineroutesofspain.com/ver/2457/Rutas-del-vino-.html); para llegar a ser un destino turístico inteligente la existencia de un ente gestor es imperativa, y hasta existe una norma UNE (178501:2018) que establece sus requisitos. Es que en Huelva nos seguimos auto-limitando a la promoción, sin que se haya planteado dar este paso, que requiere de un liderazgo que no ha existido hasta ahora. Las consecuencias están a la vista.

En el nuevo Plan Estratégico de la Provincia de Huelva (2018), en lo que al sector turístico se refiere, se recoge una acción (76.3) denominada “Mejora de la gobernanza entre las instituciones públicas con competencias turísticas y las empresas privadas”. Si se pretendía poner en práctica, asumiendo que va en esta línea, ya vamos tarde.
---
P.D.: Quién quiera documentarse algo más acerca del concepto de ente gestor de un destino turístico e, incluso, de la propuesta que ya en 2013 formulé al respecto, puede consultar el capítulo 5 (Síntesis y Conclusiones) de la obra “EL TURISMO EN LA PROVINCIA DE HUELVA: DE DÓNDE VENIMOS, DÓNDE ESTAMOS Y ¿HACIA DÓNDE QUEREMOS IR?”, disponible gratuitamente en: https://alfonsovargassanchez.blogspot.com/search?q=de+donde+venimos
Ni que decir tiene que no se avanzó nada desde entonces.


No hay comentarios:

Publicar un comentario