Esta misma semana se han conocido las banderas azules que
concede la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC). En lo
que a las playas se refiere, los criterios utilizados (conocidos al detalle, no cabe otra hipótesis, por quienes se presentan) pueden consultarse en la
siguiente página:
http://www.banderaazul.org/criterios-playas
El resultado de la aplicación de los mismos ha sido que,
para este año 2019, la provincia de Huelva sólo ha conseguido tres insignias de
este tipo, que se han convertido en un referente de calidad (especialmente
ambiental). Doce playas (en siete municipios) presentaron su candidatura, pero sólo
tres (en cuatro municipios) han conseguido la ansiada bandera. Concretamente:
en Moguer, Playa del Parador (Castilla); en Cartaya, Playa de San Miguel; y en
Isla Cristina/Lepe, Playa de Islantilla. Hicieron bien su trabajo.
Siendo un recurso tan sensible para el turismo en el litoral
onubense, en puertas de la temporada alta y en puertas más aún de unas elecciones
municipales, la noticia ha caído como una bomba, desatándose todo tipo de
comentarios acerca de las razones del fracaso del 75% de las playas candidatas
(criterios incumplidos, que someramente han ido conociéndose) y de las
responsabilidades políticas que pudiera haber (con el habitual victimismo y
echar balones fuera, culpándose unos a otros).
Poniendo este asunto en perspectiva, la tabla siguiente
resume la evolución del número de banderas azules atribuidas a las playas
onubenses en los últimos doce años.
Año
|
2008
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
2015
|
2016
|
2017
|
2018
|
2019
|
Nº
|
5
|
10
|
8
|
7
|
8
|
8
|
6
|
6
|
3 (*)
|
8
|
11
|
3
|
(*) En Almonte, Matalascañas (Torrelahiguera). En Moguer, El
Parador (Castilla). En Isla Cristina/Lepe, Islantilla. Fuente: elaboración
propia con datos de ADEAC.
Como puede observarse, este escuálido registro de tan sólo
tres banderas azules en el litoral onubense no es nuevo: ya ocurrió en 2016. No
obstante, la situación que acontece ahora se agrava porque la caída es mucho
mayor respecto al año anterior (se ha pasado súbitamente del pico al valle) y
porque de las 25 banderas azules que se han perdido en toda España, 8 nos
corresponden, es decir, un tercio del total, lo que nos deja en muy mal lugar.
Y esto, repito, en un contexto de elecciones municipales inminentes.
Más allá de lo lamentable de esta situación, que erosiona la
imagen de la provincia de Huelva como destino turístico y, como consecuencia,
daña los intereses económicos de sus empresas y de las comunidades locales en
las que el turismo de sol y playa es un pilar fundamental de su supervivencia, mirando
hacia el futuro y tratando de sacar alguna lección positiva de este varapalo, una
vez más me reafirmo en lo que desde hace años vengo defendiendo, cuan
predicador en un desierto: la necesidad de un ente gestor del destino.
Desde que se conoció la noticia el pasado martes, hemos
sabido a través de los medios de comunicación de la iniciativa de convocar a
las administraciones públicas a sus distintos niveles, local (Ayuntamientos
afectados), provincial (Diputación), autonómico (Junta de Andalucía, a través
de sus Consejerías con alguna competencia en la materia) y estatal (el
departamento de Costas), para analizar esta problemática en profundidad y
articular soluciones correctoras. Dadas las circunstancias, parece una acción
lógica, pero es a posteriori, o sea, reactiva. Si queremos evitar que esto
vuelva a ocurrir, esta estructura de coordinación, a la que se podrían sumar
otros agentes, particularmente privados, debe quedar establecida para que pueda
realizar un trabajo preventivo, anticipatorio, planificado, es decir, proactivo, no meramente reactivo; a priori, no a posteriori cuando el daño ya está hecho.
Si esta coordinación hubiera estado prevista y ocurriera de forma sistemática, quizás
la debacle se hubiera podido mitigar o impedir. Este es el sentido del llamado
ente gestor: en la decepción de este año con las banderas azules tenemos un
buen ejemplo de su imperiosa necesidad.
El turismo hay que gestionarlo, en el más amplio sentido del
término, no sólo promocionarlo. La promoción sin gestión nos aboca al fracaso.
Mientras que la promoción genera expectativas, usualmente elevadas, la gestión
es la encargada de que lo que ofrecemos cumpla con esas expectativas (al menos).
La promoción se volverá en nuestra contra, como un boomerang, si no conseguimos
gestionar el destino de forma que quienes nos visitan encuentren el paraíso que
se les vendió: crearía insatisfacción, que es el peor de los resultados.
Lo ocurrido con las banderas azules es un problema de
gestión, como el de la regeneración de las playas como consecuencia de los
temporales, el control de los mosquitos, la saturación de los servicios públicos
en temporada alta, el modelo urbanístico que se aplica, etc. Y la
gestión depende de nosotros, esto es, de nuestros gestores y de su capacidad
para organizarse, planificar y ejecutar proyectos. No hay ningún enemigo exterior.
Nótese que para que una ruta del vino sea certificada y pase
a formar parte de las rutas del vino de España se necesita un ente gestor de la
misma (pregúntense qué pasa con la ruta del vino del Condado de Huelva:
https://www.wineroutesofspain.com/ver/2457/Rutas-del-vino-.html);
para llegar a ser un destino turístico inteligente la existencia de un ente
gestor es imperativa, y hasta existe una norma UNE (178501:2018) que establece
sus requisitos. Es que en Huelva nos seguimos auto-limitando a la promoción,
sin que se haya planteado dar este paso, que requiere de un liderazgo que no ha
existido hasta ahora. Las consecuencias están a la vista.
En el nuevo Plan Estratégico de la Provincia de Huelva (2018), en
lo que al sector turístico se refiere, se recoge una acción (76.3) denominada “Mejora
de la gobernanza entre las instituciones públicas con competencias turísticas y
las empresas privadas”. Si se pretendía poner en práctica, asumiendo que va en esta línea, ya vamos tarde.
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P.D.: Quién quiera documentarse algo más acerca del concepto
de ente gestor de un destino turístico e, incluso, de la propuesta que ya en 2013 formulé
al respecto, puede consultar el capítulo 5 (Síntesis y Conclusiones) de la obra
“EL TURISMO EN LA PROVINCIA DE HUELVA: DE DÓNDE VENIMOS, DÓNDE ESTAMOS Y ¿HACIA
DÓNDE QUEREMOS IR?”, disponible gratuitamente en:
https://alfonsovargassanchez.blogspot.com/search?q=de+donde+venimos
Ni que decir tiene que no se avanzó nada desde entonces.
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