Bienvenida

¡GRACIAS POR SU INTERÉS!

Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

domingo, 29 de marzo de 2020

EL TURISMO POST-CORONAVIRUS (IV)

La ciencia nos muestra que hay una relación muy estrecha entre caos y orden, tanto que el uno conduce al otro siguiendo un proceso que no tiene fin. La pandemia que estamos padeciendo nos ha desbaratado, de forma súbita, nuestro orden (siempre inestable) y nos ha instalado, como sociedad, en el caos. El sector turístico es una buena prueba de ello: en cuestión de días el turismo ha desaparecido en España (y en casi todo el mundo). De estar atrapados por los problemas del sobre-turismo, hemos pasado a la incertidumbre de cuándo y cómo podremos reiniciar un sistema que se ha apagado por completo. Del blanco al negro, del día a la noche, sin medias tintas. Toca empezar de nuevo, desde cero.

También en el caso que nos ocupa, sabemos que el caos es la antesala de un nuevo orden, distinto al anterior por las razones esgrimidas en los posts precedentes. Tal y como están evolucionando los acontecimientos, es verosímil pensar que habrá un antes y un después: no es la primera pandemia, ni la primera catástrofe, ni la primera recesión económica por la que pasa este sector, pero ésta, por sus características, no tiene precedente. Y ese después significa que se abre una ventana de oportunidad para repensar la industria turística y reconstruirla desde una nueva visión más alineada con los grandes desafíos de la humanidad: ambientales, sociales, tecnológicos...Cabe esperar que la demostrada resiliencia de esta actividad económica se vuelva a poner de manifiesto, pero también un cambio en los comportamientos de gobiernos, turistas y operadores turísticos.

Partiendo de la base de que en un mundo tan volátil la capacidad de aprendizaje es la única fuente de ventaja competitiva sostenible (con su consiguiente traslación en términos de agilidad de respuesta y capacidad de adaptación), aunque no sabemos cuánto tiempo más se alargará la pandemia, diría que hay algunas lecciones que hemos empezado a aprender (y que, esta vez, no debieran olvidarse):

*La importancia de la detección temprana de señales (aunque sean débiles) acerca de fenómenos con un nivel de impacto potencial alto en los flujos turísticos  y un nivel de urgencia en la respuesta también alto. Es decir, de una cultura proactiva que impulse un análisis en profundidad de los mismos y la elaboración de protocolos de prevención y planes de contingencia que permitan reaccionar con la mayor celeridad posible, evitando respuestas tardías e improvisadas ante la presión de la necesidad de actuar rápidamente. Esto vale para riesgos sanitarios como las epidemias o pandemias, pero también para cualquier otro escenario de crisis. A partir de ahora la gestión de las crisis debería tomarse aún más en serio, con mecanismo de cooperación regional, nacional e internacional reforzados. De no hacerlo, como estamos sufriendo ahora, el peaje a pagar puede ser enorme.

*Todo está interrelacionado. No basta con pensar en las acciones (las nuestras y las de otros), sino que, en un mundo hiperconectado, hemos de prestar especial atención a las interrelaciones y las consecuencias o reacciones que pueden generar. Por ejemplo, la gran movilidad que los modernos medios de transporte han hecho posible, que tanto ha beneficiado al sector de los viajes y el turismo, hace que con la misma facilidad los brotes infecciosos se desplacen por el mundo: ¿alguien pensó que en una sociedad y economía abierta no nos llegaría? De forma similar, los conflictos bélicos, comerciales, o los episodios de inestabilidad política, a los que en principio pudiéramos ser ajenos, a la postre terminan afectándonos a todos, de una manera u otra. Hoy más que nunca, por tanto, se necesita tener una visión global del turismo, aunque la nueva versión que seguirá de la globalización sea diferente, basada en nuevos equilibrios geo-políticos.

*Cada problema tiene su particular contexto, con sus correspondientes dinámicas, del que no se puede separar a la hora de encontrar soluciones. China, por tantas razones, no es equiparable a España; ni España es como Italia, aunque estemos mucho más cerca geográfica y culturalmente. Los factores que influyen en un mismo fenómeno son muchos y variados (demografía, concentración de la población, densidad de los núcleos urbanos, condiciones de vida, hábitos de consumo, etc.), con diferentes comportamientos. Por tanto, las soluciones pasan por aceptar el problema con la complejidad que le es propia, lo que exige estudiarlo dentro de su contexto particular. Por ejemplo, para abordar la recuperación del turismo internacional, hemos de ser conscientes de las diferencias entre los destinos y entre los mercados emisores: no todos se recuperarán con la misma velocidad ni requerirán del mismo tipo de acciones para lograrlo. La inercia a aplicar la misma receta para todos es lo que ahora debe ponerse en cuarentena.

*En momentos críticos como los actuales, la empresa debe comportarse, más que nunca, como un buen ciudadano corporativo, ayudando (cada una en la medida de sus posibilidades) a sus empleados, a sus clientes, a sus proveedores y, en general, a la comunidad de la que forma parte. En el sector turístico, son numerosos los ejemplos que han trascendido, lo que habla en su favor. Es una cuestión de solidaridad, pero también de reputación, de credibilidad de la marca y de construir organizaciones sobre la base de valores que refuercen el vínculo con clientes y empleados. En los momentos más difíciles es cuando los liderazgos más muestran su verdadero alcance.

*No esperes a que la crisis del coronavirus dicte tus decisiones como gestor de un destino turístico o una empresa del sector: planifica desde ya la salida de la crisis, involucra a tus colaboradores en la ilusionante tarea colectiva de la recuperación y, cuando llegue el momento, ejecuta oportunamente las acciones del plan. Siempre habrá problemas que no podremos ni anticipar ni evitar, pero lo que siempre dependerá de nosotros es la manera de afrontarlos: ese es nuestro margen de maniobra, del que no podemos hacer dejación. Hacerlo sería arrojarnos en los brazos del fatalismo y renunciar a influir en nuestro futuro. No hacerlo significa entender que hemos de trazar nuestra estrategia para afrontarlo: aun sabiendo que el resultado no depende sólo de nosotros, es mejor tenerla que prescindir de ella; no siempre acertaremos, pero lo más importante es ir en la buena dirección y aprender de los errores cometidos. Ahora bien, esa estrategia no podrá ser sólo una estrategia de promoción, sino también de reconfiguración de nuestra oferta a la luz de la nueva realidad del turismo post-coronavirus.

En este punto es donde retomamos la identificación de escenarios iniciada en el segundo post de esta serie (disponible aquí). En él, se enfatizaron dos factores del entorno turístico: la “Política Gubernamental” y el “Comportamiento del Turista”, dando lugar a cuatro escenarios posibles. En cuanto al carácter estructural o coyuntural de los cambios en ambos factores, se aludía a que variables como el tiempo que dure el confinamiento y distanciamiento social, así como el peaje tanto en vidas humanas como económico que hayamos de pagar, influirían en ese carácter. Por lo que vamos viendo en estos días, parece más verosímil hablar de cambios estructurales que coyunturales, es decir, con una huella que irá más allá de lo transitorio o pasajero a corto plazo.

Tomaremos, pues, esos dos escenarios de cambio en la demanda turística (sólo cualitativo o cualitativo + cuantitativo) y los cruzaremos con una variable de carácter interno de singular importancia en la definición de la estrategias empresariales: la cultura organizacional (proactiva o reactiva, es decir, preventiva/anticipatoria o no, respectivamente). El resultado sería el que refleja la siguiente tabla, con cuatro escenarios:


El escenario 1 supondría volver a lo que podríamos llamar “business as usual”, esto es, al mantenimiento de los enfoques pre-crisis con algunas modificaciones en las estrategias de marketing para adaptarse a posibles nuevos rasgos comportamentales de un turista marcado por las consecuencias del covid-19.

El escenario 2, más movilizador del cambio en la medida que contempla una recuperación insuficiente de la demanda en relación a los valores pre-crisis, empieza a hacer atisbar la inadecuación del enfoque anterior y, por tanto, la necesidad de transitar hacia un nuevo modelo turístico, algunos de cuyos rasgos describiremos al final. No obstante, una cultura organizacional meramente reactiva, que sólo aborda el cambio cuando la necesidad de éste se ha hecho más que evidente, hará que la referida transición se produzca lentamente. En consecuencia, estas empresas quedarán rezagadas, de forma que esta falta de ajuste estratégico puede incluso poner en riesgo su supervivencia.

El contrapunto al escenario 2 es el 4: una cultura organizacional proactiva permitirá un avance más rápido hacia ese nuevo modelo, siempre que puedan contar con los recursos para ello. Estas empresas representarán la avanzadilla que marcará el camino al resto. Finalmente, en el escenario 3 el avance se producirá más moderadamente al no existir la presión externa de una recuperación limitada de la demanda, pero la cultura proactiva de la organización habrá abierto y guiado la visión de la empresa hacia un necesario cambio de modelo.

Una gran incógnita es si el impacto de esta recesión, los esfuerzos por la supervivencia y la posterior recuperación van a dejar a las empresas del sector (e incluso a los gobiernos) con el suficiente músculo financiero para enfrentar el tsunami de cambio tecnológico que está en ciernes, clave para la competitividad de las empresas y de los destinos turísticos en un futuro que avanza más rápido de lo que solemos pensar: el impacto exponencial de la convergencia de inteligencia artificial, robótica, sensores, internet de las cosas, impresión 3D, realidad aumentada, realidad virtual, blockchain, vehículos de transporte autónomo,….va a revolucionar el mundo, los transportes, la hostelería, la restauración…Y es una revolución tecnológica que puesta al servicio del combate al cambio climático (punta lanza de la preocupación ambiental contemporánea) y de la salud pública (preocupación social que ha vuelto a emerger con singular fuerza como consecuencia de la pandemia del covid-19) se deberá convertir en un aliado fundamental. Este es, en esencia, el nuevo modelo al que nos referíamos, con un sector turístico que, apalancado en las nuevas tecnologías, es capaz de contribuir mucho más significativamente a cumplir con las grandes metas que la humanidad tiene trazadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, a las que el coronavirus no nos puede hacer renunciar, bien al contrario.

P.D.: Puede acceder al post anterior (III) a través del siguiente enlace:

P.D.: Post nº 303 de este blog.  

https://www.hosteltur.com/comunidad/003975_el-turismo-post-coronavirus-iv.htmlenda

miércoles, 25 de marzo de 2020

EL TURISMO POST-CORONAVIRUS (III)

En el post precedente comentábamos que el tiempo que dure esta epidemia, y sus consecuencias, influirá de forma decisiva en el escenario post-coronavirus, tanto por su impacto en el comportamiento del turista como en la política gubernamental, los dos factores considerados para presentar posibles escenarios. A este respecto, y con la prudencia propia de un contexto VUCA (también referido en el citado post), podemos empezar a atisbar algunas señales débiles.

La compañía de investigación de mercados GWI (GlobalWebIndex), con sede en Londres, dio a conocer ayer los datos de un estudio internacional sobre el Covid-19 realizado en 13 países, entre ellos España. El trabajo de campo se realizó entre el 16 y el 20 de Marzo (por tanto, ya dentro del estado de alarma decretado por el gobierno y que entró en vigor el día 15), con una muestra de 1.000 respuestas para cada país (concretamente 1.005 en el caso de España), formada por usuarios de Internet y ponderada según edad (entre los 16 y los 64 años), género y nivel educativo.

De los resultados que arroja, a continuación se reflejan algunos que, quizás, puedan ayudar a vislumbrar las perspectivas del turismo en nuestro país en dicho escenario:

*Un 56% declara estar muy o extremadamente preocupado por la situación generada por esta pandemia en España (bastante por encima del conjunto de los países incluidos en el estudio). Este dato es consonante con el 46% que cree que el impacto económico en sus hogares será grande o incluso dramático (también muy por encima de la media de dichos países). Asimismo, el 92% anticipa que los efectos sobre la economía del país y global será, igualmente, grande o dramática.

*Casi la mitad (49%) piensa que esta situación durará entre 2 y 3 meses, periodo que tiende a ser más largo cuando se pregunta por los efectos a escala global. Por tanto, parece ampliamente asumido que las consecuencias de la epidemia se alargarán más allá del tiempo anunciado para el estado de alarma (4 semanas, por el momento).

*Medido en una escala de 1 a 5 (desde no optimista en absoluto hasta muy optimista, respectivamente), el grado de optimismo en España respecto a la superación del brote de este coronavirus es muy moderado (3’4) y claramente inferior a la media del conjunto de países (4’0) e incluso de Italia (3’6). En suma, parece que aún no hemos empezado a ver la luz al final del túnel.

*Apenas el 52% aprueba la gestión de las aerolíneas en esta crisis, muy por debajo del 69% general y, por ejemplo, del 64% de Italia. Mejorar la percepción de la población debería ser, pues, un objetivo para las compañías que consigan sobrevivir al periodo indeterminado de casi paralización del tráfico aéreo.

*Las medidas adoptadas para combatir la pandemia (casi todas ellas con efecto directo en la actividad turística, como cancelación de eventos deportivos, cierre del comercio no esencial, de bares, restaurantes, cafés, lugares de ocio, museos, galerías, hasta el cierre de fronteras) cuentan con un muy alto grado de aprobación, del 89% en adelante. 

*Sólo el 20% afirma haber cancelado planes de viaje a otro país, y el 33% dentro de España. Cabe entender que el resto o no tenían aún planes o los han pospuesto. Así, el 38% declara que ha retrasado la compra de productos vacacionales, que es el porcentaje más alto de compra retrasada. A su vez, el 31% declara que la duración de ese retraso en la compra será hasta que el brote de Covid-19 haya terminado en España, si bien el grado de incertidumbre al respecto es elevado.

*En este periodo de confinamiento, el 64% declara que pasa más tiempo usando su teléfono móvil o smartphone. En consecuencia, para las empresas y destinos turísticos el canal móvil gana aún más importancia en este escenario. A su vez, la mayor parte pasa más tiempo utilizando servicios de mensajes como Whatsapp, Facebook Messenger, etc., y en las redes sociales, siendo ahí, por tanto, donde más fácil resultará encontrar a turistas potenciales. Como contraste, y pese a la mayor avidez por la cobertura de noticias, destaca el bajo porcentaje de lectura de medios convencionales como revistas y periódicos.

En suma, son datos que requerirían de una observación de sus tendencias a lo largo de las próximas semanas y meses, pero que ayudan, como ha quedado expuesto, a sugerir acciones en el presente y a configurar los perfiles del futuro escenario post-coronavirus. En todo caso, la percepción de confianza que transmitan empresas y destinos, que aplaque el miedo a viajar, será fundamental en una recuperación de la actividad turística que, presumiblemente, se acercará más a la forma de U (crecimiento progresivo) que de V (rebote rápido), sobre todo en lo que al turismo internacional se refiere, tanto por la situación (sanitaria y económica) de los principales destinos emisores como por la prudencia a la hora de desmantelar los controles establecidos. A este respecto, debería prestarse atención a posibles reacciones de turismofobia por la concentración de turistas; téngase en cuenta que, en el referido estudio, el 77% de los españoles manifiesta que ha reaccionado evitando lugares con mucha gente, siendo éste el cambio de comportamiento más acusado (evitar el transporte público alcanza el 59%). O a posibles amagos de rechazo social según la procedencia del turista, mientras la herida de este drama todavía esté fresca. También podría darse una alteración de los habituales periodos de vacaciones (con la correspondiente influencia en los flujos turísticos), así como modificaciones en los servicios que prestan los establecimientos de alojamiento y restauración (por ejemplo, ¿se mantendrán los bufés?; ¿y los aforos?).

Por tanto, a partir de esas señales, aunque sean débiles aún, las estrategias aplicables deben ser anticipativas más que reactivas. Como decía el Prof. Rafael Alberto Pérez, en sus postulados sobre la nueva teoría estratégica, mejor (más fácil y controlable) cambiarse a uno mismo (mejorar nuestros productos/servicios) que tratar de cambiar a los demás (tu entorno); mejor transformar la relación que intentar cambiar al otro. Los indicios apuntan a que habrá un antes y un después en el modo en que las partes intervinientes en la industria turística se relacionan entre sí, acelerando o modificando determinados aspectos de esas interacciones, que habrán de cambiar en la medida en que el comportamiento del consumidor/turista se altere y las políticas gubernamentales que condicionan la actividad turística también lo hagan. 

No es inverosímil pensar que este trauma global nos lleve a un replanteamiento (que esperemos sincero) de la industria turística en su conjunto, para hacerla, por supuesto, más sostenible, pero también más segura y consciente de los riesgos para la salud. Deberíamos aprovechar la oportunidad y el aprendizaje que nos brinda esta crisis para repensar los modelos de desarrollo turístico de forma que puedan contribuir a atajar de forma más decidida los desafíos del cambio climático, así como para diseñar modelos más respetuosos con (e inclusivos de) las comunidades locales.

En esta línea, lo primero ha de ser definir el futuro al que aspiramos; después vendrá la definición de la estrategia para alcanzar los objetivos que nos hayamos marcado y, así, avanzar para hacer realidad ese futuro deseado. Para encontrarlo, el ejercicio de prospectiva que representa el diseño de los posibles escenarios, como empezamos a hacer en el post anterior, nos ayudará a decidir cuál de ellos es el que convertimos en nuestra meta y a pasar a la fase de planificación de las acciones a ejecutar. Razón/lógica e intuición/creatividad estarán involucradas en esta tarea, sin que podamos permitirnos el lujo de renunciar a ninguna de nuestras capacidades. 

Felizmente, los profesionales del turismo en nuestro país han demostrado atesorar suficientes capacidades en ambas esferas (conocimiento científico-técnico e imaginación) para afrontar los desafíos del turismo post-coronavirus. Hay razones para la esperanza, para no caer en el fatalismo: no debemos olvidar que, si bien el entorno nos condiciona, nosotros, con nuestras decisiones y acciones, también podemos alterar ese entorno. Somos producto pero, a la vez, también productores del mismo, tengámoslo presente.

P.D.: Puede acceder al post anterior (II) a través del siguiente enlace:

https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/industria/Paginas/2020/110320-guiaturismo.aspx

martes, 24 de marzo de 2020

CORONAVIRUS TIME: EN CASA PERO TRABAJANDO

Así lo explica, en el siguiente vídeo, la Dra. Veronica Marozzo, investigadora de la Universidad de Messina (Italia), que se encuentra realizando una estancia postdoctoral en la Universidad de Huelva. Avanzar en su proyecto de investigación la trajo hasta aquí, encontrándose entre nosotros durante este periodo de confinamiento en casa consecuencia de la declaración del estado de alarma en España. A ella me refería en mi vídeo, sobre este mismo asunto, del pasado día 19, que puede encontrarse en: 

http://alfonsovargassanchez.blogspot.com/2020/03/coronavirus-time-en-casa-pero.html

El enlace al vídeo grabado por la Dra. Marozzo aparece a continuación, seguido del texto original en inglés y su traducción al español. Vaya por delante nuestro agradecimiento a quienes, aún en este tiempo tan difícil, están haciendo posible este estudio: empresas (Bodegas Iglesias, Tropicales Costa de la Luz -Luz Tropical-, Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva -Oleodiel-, Ovipor, Sociedad Cooperativa Santa María la Rábida -Fresón de Palos-, Agrícola El Bosque -La Canastita- y Almazara Ecológica Viguera Verde) y expertos académicos y profesionales (José López Medina, Juan Diego Borrero Sánchez y Ana Villa Díaz).

https://youtu.be/wt3wIOVs0TI

Hola.

My name is Veronica Marozzo, a researcher at the University of Messina, Italy.  

I have been here in Huelva since the end of January when the first cases in China occurred and I never imagined that the situation could evolve in this way. 

What we are experiencing is an extraordinary situation and each of us, in its small way, can do a lot to try to emerge victorious from it.  For this reason, I too stay at home and I work at home.

I am here in Huelva to carry out a research period at the University of Huelva followed by Professor Alfonso Vargas. My research project concerns the concept of product authenticity, with particular reference to the agro-food product. Thanks to Professor Vargas, who put me in touch with companies in the agro-food sector operating in the province of Huelva, we conducted interviews to explore the topic of product authenticity from the point of view of companies.

Even if now, for our good, we are forced to stay at home, thanks to technology and the availability of companies, we continue to work, with video interviews and online interviews. At the same time, we continue to analyze articles, to transcribe the interviews and take out data from them with the aim to construct a product-authenticity model, and above all with the aim to work on future papers, because research must not stop.

We have to stop this virus and not allow the virus to stop us. For this reason, #YoMeQuedoEnCasa, #YoEnvestigoEnCasa  

---

Hola.

Mi nombre es Veronica Marozzo y soy investigadora de la Universidad de Messina, Italia. 

Estoy aquí en Huelva desde finales de enero,  cuando ocurrió el primer caso en China, y nunca imaginé que la situación podría evolucionar en este sentido.

Lo que estamos experimentando es una situación fuera de lo normal y cada uno de nosotros, de manera pequeña, puede hacer mucho para tratar de salir victoriosos de esta situación.
Por ese motivo, yo estoy en casa y trabajo en casa. 

Estoy en Huelva para llevar a cabo un periodo de investigación en la Universidad de Huelva, dirigido por el profesor Alfonso Vargas. Mi proyecto de investigación concierne al concepto de autenticidad del producto, con una referencia particular al producto agroalimentario. Gracias al profesor Vargas, quien me puso en contacto con empresas del sector agroalimentario que operan en la provincia de Huelva, realizamos entrevistas para explorar la temática de la autenticidad del producto desde el punto de vista de las empresas.

Incluso ahora, si por nuestro bienestar debemos permanecer en casa, gracias a las tecnologías y a la disponibilidad de las empresas, continuamos trabajando a través de entrevistas por videoconferencias y entrevistas online. Del mismo modo, continuamos analizando artículos, transcribiendo las entrevistas y extrayendo datos para contrastar un modelo de autenticidad del producto y trabajamos en futuros artículos, porque la investigación no para.

Tenemos que parar al virus y que el virus no nos pare a nosotros. Por esta razón #YoMeQuedoEnCasa #YoInvestigoEnCasa

lunes, 23 de marzo de 2020

ALGUNOS INDICADORES DEL TURISMO EN LA PROVINCIA DE HUELVA: FEBRERO 2020

(Sin comentarios, para que cada quien se forme su propia opinión exclusivamente con base en los datos, presentados con cierta perspectiva temporal)

Fuente: Elaboración propia con datos del Instituto Nacional de Estadística
(p = provisional)






Nota: Los meses anteriores también pueden consultarse en este blog. 
Enero 2020:

#huelvalaluz

P.D.: Post nº 300 de este blog.  

viernes, 20 de marzo de 2020

EL TURISMO POST-CORONAVIRUS (II)

Estamos sufriendo una crisis sin precedentes consecuencia de una amenaza sanitaria a escala global. Nunca habíamos vivido nada parecido y, por ello, este episodio de nuestras vidas seguramente nos va a cambiar a nivel individual y colectivo. Por tanto, no es descabellado pensar que en el sector de los viajes y el turismo haya un antes y un después.

A desentrañar ese después (la buena noticia es que lo habrá) es a lo que, modestamente, intento ayudar, pese a la enorme presión que por la supervivencia a corto plazo están enfrentando las empresas turísticas y sus profesionales en un entorno extremadamente hostil. El impacto en el sector es tan severo que es como si hubiera quedado en el limbo: es como si hubiera desaparecido en cuestión de días.

En estas circunstancias el mayor enemigo es la incertidumbre. Y la mejor manera de encararla que conocemos, para estar preparados a nivel de gestión, es a través de la evaluación de los posibles escenarios al que el post-coronavirus nos puede llevar. Cierto es que ahí las posibilidades son múltiples, pero empezaremos por plantear algunas.

Es fácil que la incertidumbre nos conduzca a la confusión que, a su vez, puede llevarnos por dos caminos: el de la parálisis (no saber qué hacer) o el de la creatividad (como vía para encontrar nuevos modos que den respuesta a los desafíos de una situación en el sector que, en alguna medida, el covid19 habrá hecho cambiar).

En este post, haciendo un pre-diagnóstico de urgencia, me centraré en dos de los aspectos que verosímilmente pueden cambiar (otros podrán ser abordados en ulteriores entregas).

Uno es cómo van a reaccionar los gobiernos en lo que al movimiento de personas se refiere. Por ejemplo, si el espacio Schengen quedará restablecido a su estado previo a esta crisis o se mantendrán algunas restricciones; si las políticas de visados se volverán más limitativas; si, a nivel global, las fronteras serán menos porosas, revertiéndose el proceso de apertura e integración internacional. A su vez, estas restricciones al movimiento de personas pueden tener un carácter coyuntural (es decir, transitorio o a corto plazo) o estructural (o sea, a largo plazo o incluso permanente). Denotaremos a este factor como “Política Gubernamental”, promotora, o no, de un cierto distanciamiento para tener una mayor sensación de control. Las derivadas político-sociales de este tipo de políticas aislacionistas transcienden con mucho la intención de este post.

A este factor de tipo institucional le sumaría otro de naturaleza individual: ¿cómo reaccionaremos, a partir de este trauma, respecto a los riesgos de viajar, que siempre hubo y habrá, pero que ahora, tras esta tragedia, se pueden convertir en mayor cautela (o hasta miedo) y sensibilidad respecto a todo lo relacionado con la seguridad y la salud? A este factor le llamaremos “Comportamiento del Turista”, cuya verosímil mayor cautela a la hora de decidir cuánto, dónde y cómo viajar puede, igualmente, ser pasajera (coyuntural) o instalarse con vocación de permanencia (estructural). Cabe pensar que variables como el tiempo que dure el confinamiento y distanciamiento social, así como el peaje tanto en vidas humanas como económico que hayamos de pagar, serán decisivas a este respecto y también influirán en las decisiones políticas.

La combinación de estos dos factores da lugar a cuatro escenarios posibles:


Empezando por el final (escenario 4), si las restricciones gubernamentales al movimiento de personas a nivel internacional fueran pasajeras y/o no significativas, así como los miedos o cautelas del turista generados por la pandemia, en relativamente poco tiempo se volvería a la situación pre-crisis, retrotrayéndonos a los problemas que hasta hace pocas fechas cubrían las agendas de los agentes privados y públicos del sector, principalmente la sostenibilidad social (el sobreturismo, por ejemplo) y ambiental (la constatación de cómo la madre naturaleza se recupera cuando la acción humana deja de castigarla merecería una profunda reflexión).

Si los corsés de los gobiernos van progresivamente remitiendo pero el trauma del covid19 se instala en la mente del turista (aparte de en su bolsillo), nos encontraríamos en un escenario (3) en el que la demanda turística habría cambiado cualitativamente, con criterios en la decisión de compra (y por tanto con atributos en los productos y destinos turísticos) que habría que revisar.

Si el comportamiento del turista sólo se viera afectado coyunturalmente pero las políticas de los gobiernos siguieran frenando los flujos de viajeros, nos encontraríamos en un escenario (2) de contracción cuantitativa de la demanda a nivel internacional, que alteraría los flujos turísticos pre-crisis, con ganadores y perdedores. La movilidad doméstica o de más corto recorrido podría verse incentivada por estas políticas. Asimismo, aunque por otra razón (la prudencia acrecentada del turista), el escenario precedentemente citado (3) también podría alimentar esta situación, favorecedoras del turismo doméstico o de proximidad.

Finalmente, el escenario 1 sería el más complejo, con cambios estructurales tanto en la acción de los gobiernos como en el comportamiento del turista. El sector estaría llamado a una cierta reconfiguración de su oferta para adaptarse a estos cambios cuantitativos y cualitativos. Aquello de reinventarse o morir volvería a tomar carta de naturaleza.

Cada uno que se sitúe en aquel escenario que considere que tiene una mayor probabilidad de ocurrencia, pero sin dejar de dar atención al resto: la flexibilidad es obligatoria en estos tiempos de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (los llamados entornos VUCA).

Sea como fuere, empresas y destinos necesitarán de estrategias para adaptarse y dar respuestas a cualquiera de estos escenarios (u otros). Y en esas estrategias, para que sean eficaces, el foco habrá de estar puesto en la configuración de la trama relacional más propicia con los actores principales de esta industria. En otras palabras, si los gobiernos y las personas modifican su relación con el turismo, las empresas y destinos se verán abocados a cambiar algunas claves de su relación con clientes y poderes públicos. Es muy verosímil que tengamos que asumir ese cambio en el modo de aproximación mutua, y sería más inteligente hacerlo con estrategias cooperativas que, huyendo de la confrontación, articulen ese nuevo esquema de relación. 

Ya Rafael Alberto Pérez, a quién me referí en el post precedente, nos decía, para entender el fundamento de la estrategia, que la vida es relación, o sea, que lo que existe es la interacción, no la acción. Y que la estrategia no es una fórmula (ojalá fuera tan fácil, por complicada que fuera la fórmula); sin embargo, es mejor hacerla que prescindir de ella, pues, como nos decía Rafael, “ese es nuestro margen de maniobra. Lo contrario sería volver al fatalismo y dejar nuestras vidas en manos de los dioses”. Somos lo que elegimos: las elecciones que en cada momento hacemos van marcando nuestro presente y nuestro futuro. 

Más en el próximo post, caso de que estas ideas resulten de interés. La utilidad social es lo que nos legitima, siempre, pero más aún ahora.

P.D.: Puede acceder al post anterior (I) a través del siguiente enlace:
http://alfonsovargassanchez.blogspot.com/2020/03/el-turismo-post-coronavirus.html

NOTA: Post seleccionado como destacado en la Comunidad Hosteltur.


https://www.hosteltur.com/comunidad/003955_el-turismo-post-coronavirus-ii.html

P.D.: Post nº 299 de este blog.  

jueves, 19 de marzo de 2020

CORONAVIRUS TIME: EN CASA PERO TRABAJANDO, AQUÍ LO EXPLICO

#YoMeQuedoEnCasa #YoInvestigoEnCasa #YoTrabajoDesdeCasaUHU

Los investigadores estamos operativos en nuestras casas. Aquí os cuento en qué estoy trabajando, particularmente ahora en lo que se refiere a cómo afecta la situación generada por el covid19 al turismo. Pero no sólo. Lo explico en el siguiente vídeo, cuyo texto aparece seguidamente.

https://youtu.be/T7CzJU5wNg0

Hola. Mi nombre es Alfonso Vargas, soy Catedrático de Organización de Empresas y, sí, aquí es donde vivo, este es mi lugar de trabajo en casa, en el que paso mucho tiempo, ahora más que antes, claro.

No obstante, en general, los investigadores tenemos como hábito el encerrarnos cada cierto tiempo para estudiar, profundizar en nuestras investigaciones y escribir. La diferencia en estos momentos es que el actual confinamiento en nuestros hogares no sabemos cuánto tiempo va a durar, porque no depende de nosotros. En todo caso, tratando de ver algún lado positivo en esta situación, diría que es un tiempo para la reflexión acerca de lo que hacemos y cómo lo hacemos y, por supuesto, para continuar con nuestra producción científica al servicio de la sociedad y, aunque parezca paradójico en un periodo de aislamiento, para hacer transferencia de los resultados de la investigación.

Éste es un tiempo de crisis y, por tanto, de confusión. Y en la confusión el conocimiento científico tiene un papel clave que desempeñar. Yendo a mi campo de estudio, que es principalmente el de las empresas y los destinos turísticos, esta crisis del coronavirus ha impactado severísimamente en este sector tan importante de la economía, hasta el punto de dejarlo en el limbo. Es como si hubiera desaparecido en cuestión de días. Pero el conocimiento científico nos muestra que el turismo es una actividad muy resiliente, incluso en situaciones catastróficas: serán meses muy duros, pero se levantará, al ritmo, eso sí, de la recuperación de la crisis económica que el maldito covid-19 nos va a dejar como parte de su herencia.

La estrategia es mi disciplina de base y, por eso, trato de aplicar una mirada de largo alcance. ¿Cómo será el turismo post-coronavirus? Probablemente, este episodio de nuestras vidas nos va a cambiar como personas y, en consecuencia, como turistas. Nunca habíamos vivido nada parecido. Por tanto, no es descabellado pensar que en el sector de los viajes y el turismo haya un antes y un después. Mi tarea está siendo empezar a atisbar cómo será ese después, al que empresas y destinos deberán dar respuesta. Y pese a que estoy confinado en mi pisito, tengo instrumentos de transferencia del conocimiento que ya vengo usando desde hace bastantes años, principalmente mi blog, a través del cual vuelco, en un lenguaje que trata de ser accesible a todos, lo que he ido aprendiendo fruto de mi labor de estudio e investigación.

Así, el pasado lunes día 16 publiqué el primer post de lo que pretende ser una serie sobre EL TURISMO POST-CORONAVIRUS, que puede encontrarse en dicho blog (éste) y también en la Comunidad Hosteltur, seguramente la más amplia a nivel de los profesionales del turismo de habla hispana.

No podemos abstraernos de la realidad, y por eso he empezado por este tema, pero a la vez sigo con mis capítulos de libros y artículos en mis dos principales líneas de trabajo en los últimos tiempos: la aplicación de la economía circular en el turismo y el llamado turismo halal. Es decir:

-Por un lado, avanzar hacia una economía circular es uno de los grandes desafíos a escala global y, particularmente, a nivel de la Unión Europea, al que el turismo, como actividad económica de primera magnitud y con un impacto significativo en el medio ambiente, no puede escapar.  La economía del futuro será circular o no será, si de verdad queremos preservar nuestro planeta, que es nuestra casa común y única.

-Y por otro, ayudar a que España pueda abrirse en mayor medida a otros segmentos turísticos que diversifiquen su oferta y sus visitantes; en esencia esto es lo que se persegue con el caso del turismo halal, al que cada vez más países de nuestro entorno están apuntando dentro de sus estrategias comerciales y para el que particularmente Andalucía cuenta con grandes potencialidades.

Y así pasan los días de este confinamiento, con estas tareas de investigación entre las que incluyo los trabajos de preparación de un proyecto a nivel internacional que será presentado, espero, en breve, la asistencia a una investigadora italiana (en estos días, obviamente, de forma no presencial, pero seguimos adelante, ¿verdad Veronica?) que desde finales de enero se encuentra en la Universidad de Huelva en una estancia post-doctoral que la ha traído hasta aquí para desarrollar parte de un proyecto de investigación. Y todo ello sin descuidar la preparación de algún material para mis cursos y la docencia virtual.

Se echa de menos no poder airearse, qué le vamos a hacer, pero hay que tener paciencia. Reciban mis mejores deseos.


P.D.: Post nº 298 de este blog.  

lunes, 16 de marzo de 2020

EL TURISMO POST-CORONAVIRUS (I)

Parece aventurado plantearlo en estos momentos, cuando el problema y la turbulenta travesía a que nos aboca no han hecho más que empezar. Pero alguien tiene que poner la luz larga, más allá de la perentoria luz corta.

Es tiempo de preocupación, pero no de histeria o pánico. Es tiempo de prudencia y paciencia. De responsabilidad y disciplina. De ser constructivos y arrimar el hombro. De reflexionar y aprender para cambiar hábitos, tanto a nivel individual como colectivo. También de mirar hacia adelante, aunque sin hacer dejación de la memoria, para, cuando pase la tempestad y llegue una cierta calma, analizar más fríamente lo que pasó, sus causas, lo que se hizo o dejó de hacer.

Mirar hacia adelante y cambiar. Es una obviedad que las empresas turísticas se están viendo ya muy gravemente afectadas por el frenazo en seco provocado por la pandemia que estamos padeciendo, pero la historia nos muestra que el turismo es una actividad muy resiliente, incluso en situaciones catastróficas: serán meses muy duros, pero se recuperará. En los países del sur, que tan acostumbrados estamos a hacer vida en la calle, el confinamiento en nuestros hogares nos va a costar mucho, de manera que las ganas de airearnos y recuperar la libertad temporalmente sacrificada, cuando esta guerra al covid-19 termine, serán enormes, al estilo de lo que ocurre en los fríos países del norte cuando termina su largo invierno. Volveremos a viajar, y con más ganas aún, al paso, eso sí, de la recuperación de la crisis económica que el maldito bicho nos dejará como parte de su herencia. Por eso hay que pensar en las medidas a corto plazo, por supuesto, porque son urgentes para evitar en la mayor medida posible la caída de empresas y el desempleo masivo, pero también en el largo plazo, porque seguramente este episodio de nuestras vidas, que ningún ciudadano común podía imaginar, aún más por la rapidez con que se han sucedido (y siguen sucediéndose) los acontecimientos, nos va a cambiar como personas y, en consecuencia, como turistas. Nunca habíamos vivido nada parecido.

En este sentido, me permito compartir algunas ideas, de diferente alcance, conforme a unas pautas o principios.

1.-Seamos más humildes.

Este episodio nos demuestra cuán frágiles seguimos siendo. Quienes creían haber descubierto la nueva bola de cristal capaz de anticiparlo todo, con sus sofisticados algoritmos de big data, etc. etc., deberían bajar un poco el diapasón. En la hiperconectada economía actual, el pasado cada vez informa menos el futuro, y si lo hace es cada vez a más corto plazo. Hace muy pocos días podía leerse el siguiente titular: “Los hoteles ya pueden predecir su ocupación con un 90% de acierto” (con hasta tres meses de antelación). No digo más, salvo que la globalización tiene peajes impredecibles y que el efecto mariposa existe; por eso es tan importante tener previstos planes de contingencia.

2.-Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. 

Por ejemplo:

-Si la gente no puede ir a comer a los restaurantes, los restaurantes pondrían llevar su comida a la gente.  El envío de comida a domicilio está permitido en el Real Decreto de estado de alarma: el "take away food". Una manera de adaptarse al entorno y paliar la crisis, sobre todo para los negocios familiares.

-Si la gente no puede ir a los hoteles y estos están vacíos, los hoteles pueden ponerse (voluntariamente) al servicio de la gente. Particularmente las grandes cadenas tienen una oportunidad extraordinaria de demostrar si sus políticas de responsabilidad social son auténticas o impostadas. El público lo va a reconocer, premiando a unos y dejando en la indiferencia a otros (lo mismo cabe decir respecto a otro tipo de empresas, como líneas aéreas y touroperadores, en lo que concierne a su respuesta a esta excepcionalidad). Aquellos gestores con más visión ya se han adelantado. 

-Si los turistas no pueden llegar a los destinos, los destinos pueden llegar a los turistas potenciales a través de las nuevas tecnologías: tour virtuales, gemelos digitales, 3D,…La tendencia a una intensificación del uso de estas y otras tecnologías en el turismo (como la robotización) se va a acelerar, y quien no esté preparado quedará relegado aún más rápidamente. Ahora es momento de sembrar para empezar a recoger cuando este ciclón haya pasado. Ahora es el momento de que los entes gestores de los destinos pongan la luz larga e inviertan en proyectos de este tipo para llegar al turista potencial, despertar una ilusión (más necesaria que nunca) y provocar el deseo de visitar el destino cuando sea posible, dejando de ser invisible en la inmensidad del referido ciclón. Sé que no es fácil, la presión de las urgencias no ayuda, pero por eso mismo marcará la diferencia entre quiénes sean capaces de verlo (y hacerlo) y quiénes no. 

-Si la actividad económica no dinamiza el negocio turístico, la empresa turística puede generar negocio y una cierta actividad económica en su entorno. Por ejemplo, las empresas del sector podrían aprovechar este paréntesis para hacer, en la medida de lo posible, las reformas o renovaciones pendientes en sus instalaciones, si hay personal que pueda trabajar en ellas. En esta misma línea iría lo ya indicado sobre entrega de comida preparada a domicilio por parte de los restaurantes.

-Si los empleados no pueden ir a la empresa, la empresa puede ir a los empleados facilitándoles el teletrabajo y estimulando la formación online, con idea de reforzar la competitividad cara al nuevo tiempo post-coronavirus.

3.-Si un destino no es percibido como seguro, ¿cómo va a ser inteligente?

La seguridad, en sentido amplio, será algo cada vez más valorado por el turista en su decisión de compra, no ya por posibles actos de terrorismo o inestabilidad social, sino por la salud. Ser percibido como un destino seguro, que da máximas garantías sanitarias al turista, va a ser un atributo aún más importante de lo que ya era. Quienes hagan esta apuesta, estarán bien orientados. Quizás, el concepto de destino turístico inteligente tenga que empezar a plantearse seriamente añadir una nueva dimensión en tal sentido, con toda la infraestructura tecnológica de vanguardia y de innovación que traen consigo puestas al servicio no sólo de la sostenibilidad y la accesibilidad universal, sino también de la seguridad y la salud (con herramientas que faciliten la telemedicina, etc.).

4.-Medios de transporte público más saludables, no sólo alimentos.

Por ejemplo, ¿podrán las compañías aéreas, por aquello del low cost, seguir metiendo pasajeros con calzador en sus aviones durante horas, con los riesgos que ahora se hacen más patentes (además de otros)? ¿Experimentará algún cambio la llamada “democratización” del transporte aéreo a raíz de esta crisis? ¿Aprenderemos alguna lección que nos haga tomar la salud más en serio, aunque haya que pagar algo más? ¿Hasta qué punto estaremos dispuestos a asumir un  sobreprecio por medidas que reviertan ese hacinamiento percibido como potencialmente peligroso, con cabinas donde las distancias son mínimas, a modo de cuasi-latas de sardinas, y la limpieza/higiene es manifiestamente mejorable? Yo diría que la demanda de ese segmento del mercado tenderá a crecer, como la de los alimentos saludables.

En suma, es tiempo de pensar en cómo reinventarse, de pensar y vivir estratégicamente, como decía el maestro Rafael Alberto Pérez, cuyos libros recomiendo leer. Las mayores oportunidades están en las crisis, en los puntos de inflexión. Y me parece que estamos en uno de ellos.

https://www.mincotur.gob.es/es-es/gabineteprensa/notasprensa/2020/documents/nueva%20gu%C3%ADa%20de%20buenas%20pr%C3%A1cticas%20covid-19.pdf

NOTA: Post seleccionado como destacado en la Comunidad Hosteltur.

lhttps://www.hosteltur.com/comunidad/003943_el-turismo-post-coronavirus.html

P.D.: Aunque generalista y con alcance limitado a Estados Unidos y Reino Unido, el siguiente informe acerca de cómo los consumidores están reaccionando ante el coronavirus resulta interesante:
https://blog.globalwebindex.com/trends/coronavirus-and-consumers/?utm_campaign=Manual%20nurture%20H219&utm_source=hs_email&utm_medium=email&utm_content=84708711&_hsenc=p2ANqtz-8u2R0hnnh9PRHG3pLzaADiNmlRKxA0UT6TF08UDL6YwNy7Bs1UcT6EABuN62-1_mVaM_bN5tX_Vmy-5QI63kQLB8bgWg&_hsmi=84709035

P.D.: Post nº 297 de este blog.